En el transcurso de 300 días de intensas hostilidades, el conflicto en la Franja de Gaza ha causado la trágica pérdida de 39,480 vidas y ha dejado a 91,128 personas heridas, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, bajo control de Hamás. La crisis humanitaria sigue intensificándose en la región devastada, con la esperanza de un alto el fuego cada vez más lejana.
En las últimas 24 horas, la ocupación israelí ha llevado a cabo dos masacres en Gaza, resultando en la muerte de 35 personas y dejando a 55 heridas.
Además de las víctimas directas, se estima que hay alrededor de 10,000 desaparecidos bajo los escombros, y casi la totalidad de la población gazatí, unos 1.9 millones de personas, se enfrenta a una situación de emergencia. La región sufre una devastación sin precedentes, con hospitales al borde del colapso, amenaza de hambruna, y escasez crítica de agua potable, medicinas y electricidad.
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El conflicto, que comenzó el 7 de octubre del año pasado tras un ataque de Hamás contra Israel, ha visto una agresiva ofensiva israelí por aire, tierra y mar a lo largo del enclave. La ofensiva se intensificó esta semana con el ataque a 35 objetivos en Gaza, incluyendo células armadas y estructuras militares. Las fuerzas israelíes han llevado a cabo ataques en el sur, centro y norte de Gaza, con víctimas civiles reportadas en varios incidentes.
En Jan Yunis, una importante región del sur de Gaza, la evacuación masiva de unas 200,000 personas entre el 22 y el 27 de julio ha exacerbado las condiciones humanitarias.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) han señalado que el hacinamiento en las áreas no evacuadas ha llevado al brote de epidemias y una crisis nutricional severa, con más de 500,000 niños menores de cinco años y mujeres embarazadas necesitando ayuda urgente.
Las negociaciones para un alto el fuego han sido complicadas por el reciente aumento de tensiones en Oriente Medio, incluyendo los asesinatos de líderes clave de Hamás y Hizbulá, así como ataques en Teherán que han exacerbado aún más la situación.
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