A casi un mes de haber tomado posesión como gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez hizo una contundente declaración en una de las zonas más conflictivas del estado. En Motozintla, una región asediada por el crimen organizado en años recientes, Ramírez aseguró que los ciudadanos nunca más sentirán la ausencia de las autoridades ante la delincuencia, enviando un claro mensaje de contraste con su antecesor, Rutilio Escandón.
Durante un evento oficial el gobernador inauguró las actividades de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal, una estrategia que busca combatir la violencia en la Sierra chiapaneca. Ramírez aprovechó para criticar la falta de acción del gobierno anterior, señalando que “la delincuencia se apoderó de estos territorios debido a la falta de interés y deseo de hacer valer la ley”.
Un panorama crítico heredado.
Motozintla, al igual que otras localidades de Chiapas, ha sido escenario de disputas entre grupos del crimen organizado, lo que ha derivado en un aumento de la violencia y en el desplazamiento de personas de municipios vecinos.
La llegada de la Guardia Nacional y elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional ha enfrentado resistencia, con episodios de bloqueos y enfrentamientos armados.
Eduardo Ramírez enfatizó que su gobierno no será omiso ante esta situación: “Mi gobierno se compromete a no ser ausente en la Sierra.
Ahora hay un gobernador con decisión y voluntad para proteger al pueblo”. Además, anunció medidas concretas para fortalecer la presencia del Estado, incluyendo la instalación de una subsecretaría de Gobierno, una Fiscalía de Distrito y la reconstrucción de la Unidad Administrativa del Gobierno en Motozintla.
“Chiapas es mi casa”.
El gobernador destacó que no permitirá que las comunidades sean rehenes de las bandas delictivas y reafirmó su compromiso con el estado: “Amamos tanto a Chiapas que se nos olvidó tener miedo”. Ramírez agradeció a los ciudadanos que han resistido a las amenazas del crimen organizado y aseguró que la ley se aplicará con firmeza.
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En contraste con estas declaraciones, la administración federal ha mostrado respaldo hacia el exgobernador Escandón. Pocos días después de concluir su mandato, Escandón fue propuesto como cónsul general de México en Miami, lo que ha generado controversia en el estado.
Un giro político.
Durante un acto en Chiapas antes de su salida, la presidenta Claudia Sheinbaum elogió a Escandón por su gestión, señalando que sería integrado al Gobierno de la República. Sin embargo, la postura de Ramírez refleja una evaluación distinta del desempeño de su antecesor, subrayando la necesidad de cambios profundos para devolver la paz y seguridad a los chiapanecos.
Con acciones inmediatas y un mensaje directo a los grupos delictivos, Eduardo Ramírez busca marcar un punto de inflexión en la gobernanza de Chiapas, dejando claro que no permitirá la repetición de los errores del pasado.
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