Luego de visitar Ucrania, Polonia y Eslovaquia, Alfonso Herrera, Embajador de Buena Voluntad de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, instó a incrementar el apoyo que reciben millones de personas afectadas por la guerra.
“Como latinoamericano, sé cuán importante es hacer comunidad y mostrar solidaridad hacia las personas que están sufriendo. Del mismo modo en que hacemos frente a los desafíos que surgen y nos esforzamos por apoyarnos mutuamente en las Américas, resulta vital que hagamos extensiva nuestra solidaridad y espíritu de compasión a quienes sufren en otras partes del mundo. Emprender acciones de manera colectiva marcará una verdadera diferencia en la vida de las personas afectadas por la guerra y el desplazamiento”, recalcó Alfonso Herrera.
Estando en Ucrania, Alfonso Herrera visitó un albergue para personas desplazadas internas; además, se entrevistó con familias cuyas casas fueron dañadas o quedaron completamente destruidas por los bombardeos. Por otra parte, pudo ver, de primera mano, qué están haciendo ACNUR, las autoridades locales y los socios para brindar protección, que incluye apoyo psicosocial, asesoría jurídica, así como artículos básicos para el hogar y ayuda para la vivienda, lo que incluye unidades de alojamiento prefabricadas para aquellas personas cuyo hogar quedó totalmente destruido. De esta forma, se está ayudando a las personas a recuperarse y a permanecer en su tierra y en su comunidad.
En Ucrania, bajo el liderazgo del gobierno, ACNUR brinda ayuda en efectivo y otro tipo de apoyo a las personas afectadas. Sin embargo, dado que la guerra continúa y millones de personas siguen desplazadas, las necesidades humanitarias son mayúsculas, tanto en Ucrania como en los países que han dado generosa acogida a las personas refugiadas durante más de un año.
“Me rompieron el corazón las historias de pérdida, separación y sufrimiento que he escuché. A pesar de que su fortaleza y resiliencia son increíbles, las personas desplazadas afectadas por la guerra necesitan nuestro apoyo. Nadie elige ser refugiado, y, ya sea en nuestra región, las Américas, o en cualquier otro lugar del mundo, las personas cuyas vidas se han visto desarraigadas por causa de guerras y conflictos necesitan gozar de seguridad y dignidad durante el desplazamiento y, finalmente, una oportunidad de volver a sus hogares en condiciones pacíficas y seguras”, comentó Alfonso Herrera.
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