Para algunos fue un regreso frustrante a la realidad cuando reapareció el presidente Andrés Manuel López Obrador. Para otros se les revelaba el milagro de la resurrección. El mandatario, un animal político, demostró que también conoce a este país. Creó un ambiente de suspenso, arrojó gasolina a la hoguera de los rumores. Todos jugamos su juego.
Comportándose tal y como lo hizo el PRI en sus mejores tiempos, dando al vasos aplastando a la oposición. Más tarde, el viernes, se va la fotografía que tanto se había negado a presentarse el presidente y las Corcho Latas, Marcelo, Adán, Claudia y Monreal. De fondo los senadores de Morena reiteró como película en sepia de aquel PRI de los sesentas y setentas, por cierto, el más sonriente en los pasillos de Palacio Nacional y en las fotografías era Ricardo Monreal, pues toda la escena le significa una especie de regreso triunfal. Y por qué no? Un mensaje muy poderoso para quien ha hecho de todo con tal de que lo expulsen de la carrera presidencial y también de su partido. La doctora en la superficie parece ser que todo le cuadró al mandatario. Empuja un puñado de cambios legales, desaparece un par de órganos se impone en el Senado y consigue crear una variante de pacto a favor de la cuatro T.
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