Programas Sociales sin Transparencia en la CDMX
Por Carlos Águila Franco
Mientras la viajera frecuente Claudia Sheinbaum, sigue recorriendo el país, en una ilegal precampaña, la CDMX enfrenta problemas graves, entre los que destaca la falta de transparencia en Programas Sociales, esos que ocupan para comprar votos, no para ayudar a la gente de menos recursos económicos.
4 MIL MILLONES DE PESOS VOLANDO
De acuerdo a lo publicado por EMEEQUIS el pasado 13 de febrero del 2023, Claudia Ocaranza dio a conocer en su columna para Opinión 51, que existen 161 programas y acciones sociales que fueron destinadas para mitigar los efectos del Covid-19 en la Ciudad de México, pero resultando que no se encontró información en sitios web de las entidades públicas, ni en la Plataforma Nacional de Transparencia.
Estos programas y acciones sociales, se financian con recursos públicos, pero no se han encontrado datos abiertos, esto de acuerdo con el informe presentado por el InfoCDMX, quedando sin reportarse la implementación, alcances, impactos y resultados del 70.93% de los 227 programas totales.
Muy preocupante lo que señala Claudia Ocaranza, dado que a dos años de COVID-19 #AperturaEnCOVID, encabezado por la Comisionada María del Carmen Nava Polina, su Informe Programas y Acciones Sociales, no presenta esa información, razón por la cual es verdaderamente complicado o imposible, poder medir o evaluar sin datos.
Acorde a la información que logro obtener Claudia Ocaranza, los 227 programas y acciones sociales registrados, gastaron 7 mil 144 millones de pesos, los cuales en teoría estaban destinados para apoyar a 5 millones de personas, pero, ante la falta de transparencia de órganos estatales, paraestatales y desconcentrados, es imposible saber el destino de más de 4 mil 280 millones de pesos.
Sin información clara y precisa, se hace sumamente complicado poder saber realmente en dónde y cómo se usaron realmente esos recursos, lo cual es importante, pero también lo es, que la transparencia y el uso de los recursos públicos durante la pandemia, que son situaciones de crisis, involucra el cumplimiento y cuidado de otros derechos humanos, como lo es la salud, obligación que los gobiernos tienen de garantizar.
Y si bien es muy cierto, como señala Ocaranza en su texto, que, durante la pandemia, los plazos de transparencia fueron suspendidos al igual que la transparencia proactiva, aquella que las empresas realizan por iniciativa propia. Tuvo como consecuencia que, para los periodistas, conseguir información, investigar, cómo se manejaban los recursos, el reportar irregularidades y corrupción se volvió una tarea titánica. Y yo le agregaría estimados lectores, una Misión Imposible.
Ante lo que se vivió durante la etapa más fuerte de la pandemia de Covid, coincido con Claudia Ocaranza, en que es esencial garantizar transparencia y crear protocolos de prevención para que el proceso no quede suspendido, dado que se convierte el tema en un asunto, de vida o muerte, dado que, si se tiene esa información exacta y concreta, nos permite conocer si los recursos están llegando para quienes fueron destinados.
Y a su vez, esa información le dará la posibilidad a la ciudadanía, para exigir que sus derechos se cumplan. Porque no se puede exigir, demandar lo que no se sabe. Y en el caso de la pandemia que padecimos y aún no se ha extinguido, no afectó a todos por igual, dado que como lo destaca Ocaranza, las personas más vulnerables fueron quienes la pasaron peor, agrandándose las desigualdades.
Lo peor es que al no existir esa información, no podemos conocer con certeza si quienes resultaron más afectados por la pandemia, era para ellos esos millones que no aparece a donde fueron a dar. Al igual que no se puede conocer si se les apoyó.
Esto representa una gran deuda para la ciudadanía por parte del gobierno, si lo necesitó en ese momento y no se lo dieron, lo cual debe ser saldado, pero se reitera que para ello es necesario contar con un diagnóstico completo de cada programas y acciones sociales destinados a la ciudadanía, pero como lo señalé anteriormente es una Misión Imposible si las dependencias no reportan cada centavo, de los recursos que reciben.
Al respecto de la información que pudo rastrear Ocaranza, se destaca que de los 161 programas y accione sociales que no han sido transparentados, las principales alcaldías que no hicieron pública su información son Magdalena Contreras con 26, Tlalpan con 17, Benito Juárez y Milpa Alta con 16 y Azcapotzalco con 13.
Y mientras esto sucedió y se queda hasta el momento sin aclararse, la “Viajera Frecuente” sigue acumulando millas de viaje, obsesionada en ser candidata a la presidencia de México en el 2024, descuidando y valiéndole un cacahuate partido por la mitad, sus obligaciones paras la que fue electa como jefa de gobierno de la CDMX. Tema muy grave porque si esto hace como jefa de gobierno, que no hará si llegara a ser Presidente de nuestro país.
Carlos Águila Franco es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la carrera de Ciencias de la Comunicación, con la especialidad en Periodismo de Investigación.
Se especializó en Análisis Político y ha cursado Diplomados en Francia, España, Italia y Canadá.De 1984 a 1988 fue Profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en las materias de Géneros periodísticos de opinión, y Taller de Comunicación.
Ha laborado en: Secretaría de Comunicaciones y Transportes, CONASUPO, Secretaria del Trabajo, PGR, PGJDF, Secretaría de Gobernación, DDF, Gobierno del estado de Sonora, como funcionario en áreas de Comunicación Social.
En 1988 inició su actividad en Medios de Comunicación escrita, en Diarios y Revistas de circulación nacional como Editorialista. Así como columnista para el Diario de los Ángeles, en el estado de California, EUA.
Y en 1998, incursionó en la radio, como analista en temas de política.
A partir de 1999 ha sido conductor de programas radiofónicos especializados en análisis político, e invitado a mesas de debate en medios electrónicos.
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