Robo a transportistas un fracaso más de López y su 4-T
Por Carlos Águila Franco
Como si fuese el guion de una película de terror, nos enteramos de la cruda y patética realidad que se viven los transportistas de carga en nuestro querido México, como un fracaso más de López y su nefasta 4-T, derivado de su NO estrategia de seguridad “Abrazos No Balazos”.
LOS ASALTOS DIARIOS
Cada día según se ha señalado, se cometen alrededor de 45 asaltos diarios a transportistas en el país. Y lo que tienen que padecer los choferes son persecuciones a balazos, robo de sus vehículos y mercancías, extorsiones y asesinatos.
De acuerdo a testimonios de integrantes de este gremio, existen carreteras que debido a la operación de grupos criminales y la falta de vigilancia de las autoridades se han convertido en verdaderos infiernos, como la México-Puebla-Orizaba, Matehuala-Monterrey, Morelia-Lázaro Cárdenas, México-Cuernavaca, Urracas-Matamoros-Reynosa, Querétaro-Irapuato y el Arco Norte, por mencionar las más inseguras. Electrónicos, llantas, equipos de cómputo, rines, telas, varillas, cemento, vinos, electrodomésticos y hasta pipas con gasolina son algunas de las mercancías que se llevan las bandas delincuenciales, que en algunos casos venden en el mercado negro centros de abasto y tianguis.
Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, señalan que el Estado de México ocupa el primer lugar en robo a transportistas en el país, pues de un acumulado de 8 mil 446 casos denunciados entre enero y noviembre de 2023, 3 mil 868 se realizaron en esta entidad representando el, 45.7 por ciento, de los cuales 3 mil 331 fueron con violencia. Miembros del sector consideran que las autoridades están rebasadas y que los operativos para inhibir el delito no han dado resultado; algunos no descartan que pudiera existir complicidad con personal de las corporaciones de seguridad.
ELENA CHÁVEZ, EL GRAN CORRUPTOR
Elena Chávez, autora del libro “El Rey del Cash”, de “Editorial Grijalbo, publica un segundo libro, “El Gran Corruptor”, en donde denuncia lo que sucede en las carreteras de nuestro querido México, que es importante conocer parte de lo que ahí señala de su página 129 a la 135.
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No vigilen carreteras, orden de AMLO
¿Su hija fue robada para ser traficada por tratantes de blancas? Lo lamento, la Guardia Nacional no hará nada por localizarla y salvarla. ¿En su colonia, municipio o entidad el narcomenudeo y la delincuencia organizada venden o trafican a plena luz del día? Lo lamento, la Guardia Nacional tampoco hará nada. ¿Alguno de sus seres queridos fue secuestrado y le piden rescate? Qué triste, la Guardia Nacional no moverá ni un solo dedo para liberarlo. ¿Piensa que esto que escribo es una exageración? ¡No! Lamentablemente es una realidad. Los elementos de la Guardia Nacional tienen la instrucción precisa de ya no vigilar las carreteras. Una vez que el mando militar decidió tomar las riendas, comenzó a acosar a los pocos elementos de la Policía Federal que quedaban en activo y concentró a los nuevos elementos en tareas para las que ni siquiera tienen estrategia de combate.
Ejemplos hay muchos. Frecuentemente escuchamos de elementos que fueron desarmados en algún poblado, que fueron perseguidos y tuvieron que poner pies en polvorosa para salvar sus vidas. O, peor aún, que atacaron a civiles, desarmados, indefensos, que luego hicieron pasar por miembros de la delincuencia organizada para salir bien librados, y rara vez se les castiga por esos ataques.
Usted, querido lector, se preguntará cuál es la importancia o no de que la policía vigile las carreteras. Esta labor era efectuada por elementos de la Policía Federal, la mejor corporación en el país que, incluso, tenía el mejor instituto de formación y lograba buenos resultados. En 2019 Andrés Manuel López Obrador anunció que la policía no desaparecería, y que sus miembros serían integrados a la Guardia Nacional, que nació con vicios jurídicos y fue aprobada pese a la violación flagrante de la ley.
Efectivamente, los elementos de la Policía Federal de Caminos no fueron despedidos, pero sí acosados para que, cansados por la presión, renunciaran o terminaran en oficinas haciendo tareas administrativas y no operativas, contrario a lo que se requiere en las carreteras. Con el testimonio de muchos policías federales que me buscaron una vez que salió a la luz El rey del cash, entendí la importancia de que las carreteras sean vigiladas, porque es por ahí por donde circula todo: mujeres vendidas por tratantes, niños secuestrados para explotación sexual, hombres y mujeres secuestrados para obtener un rescate, armas, drogas, mercancía ilegal. Todo circula por las carreteras, y estos hombres, en lugar de ser usados por su experiencia, han tenido que destinar su tiempo y dinero en interponer amparos para no ser tratados como desechos, mientras que los militares inexpertos ganan buenos salarios y se convierten en un riesgo para la población.
Eso de ser un riesgo tampoco es exagerado, y les voy a dar un solo dato: los elementos de la Guardia Nacional, la mayoría militares con primaria y secundaria, y muy pero muy pocos con preparatoria o alguna carrera trunca, se ven involucrados en más de 4 mil incidentes automovilísticos en el año. De acuerdo con la respuesta a la solicitud de información GN/AUJT//UT/5771/2022, tan solo del 4 de abril al 4 de octubre de 2022, en seis meses, se registraron 2 mil 339 siniestros automovilísticos, un promedio de ¡15.50 diarios!, que significaron un gasto para el gobierno de 193 259 351.73 pesos. Si la constante se mantiene, en un año el promedio de accidentes sería de más de 4 mil 600 y el gasto superior a los 385 millones 500 mil pesos. El motivo: la falta de pericia del personal militar que no está hecho para las labores para las que fueron preparados los policías federales de caminos. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha estigmatizado a estos hombres de élite, de los que ya quedan muy pocos en la Guardia Nacional, debido a que muchos han sido despedidos de manera injustificada y han tenido que ampararse. Los pocos que quedan han preferido trabajar en las áreas administrativas por el temor de que les pongan un “cuatro” y les quieran fincar alguna responsabilidad penal o, lo que es peor, caer muertos en combate a manos de sus propios compañeros militares, quienes han mostrado en más de una ocasión su incompetencia.
Esos hombres, que tuvieron que ampararse ante una autoridad federal, me informaron que el nivel de preparación de los militares de la Guardia Nacional es tan bajo que insistentemente se les recuerda a los mandos, vía oficio, que alienten a sus elementos a terminar la preparatoria. Sin embargo, mientras a los militares les dan todas las facilidades, los pocos elementos de la Policía Federal que quedan en la Guardia Nacional son acosados y se les prohíbe desde la actualización hasta la rehabilitación para aquellos que fueron heridos en algún combate y deben asistir a sus sesiones de fisioterapia. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador quiere desaparecerlos. La orden es cansarlos, proponerles retiros “voluntarios” amañados o, de plano, iniciarles algún procedimiento luego de ponerles un “cuatro” para no liquidarlos conforme a la ley. Ellos resisten, pero la tensión es tal que a partir de enero de 2023 comenzaron a ser vigilados a través de sus computadoras o teléfonos de las oficinas.
Los mandos militares vigilan llamadas, movimientos, manejo de información, relaciones internas y hasta el patrimonio de los elementos para “reventarlos”. Esta acción comenzó cuando la Secretaría de la Defensa Nacional fue hackeada, pero la vigilancia era discreta. Sin embargo, a partir de 2023 el seguimiento fue más abierto y presionante. En abril de 2022, a través del oficio, “extra urgente”, EJ.yCI./549, y “en cumplimiento a los mensajes [sic] F.C.A. No. E.E:./436/74666 de agosto de 2021, y en relación [sic] mío [sic] No. E.J.yC.I./380 del 12 de abril de 2022”, se informó que “las mesas de trabajo para la sustitución y liquidación del personal de la extinta Policía Federal marcha conforme al formato ordenado. Esto es un ejemplo claro de las mentiras del gran corruptor, quien en julio de 2019 dijo que no desaparecería”.
Luego, en octubre de 2022, también a través de un oficio, el D.G.S.C.I./Enl.Admtvo./886 con la leyenda “extra urgente”, 350 policías federales de caminos de todo el país fueron citados para ser reubicados; la intención, me insistieron los quejosos, era cansarlos y reventar a algunos debido a que eran alejados de sus familias. Los elementos federales, que por obvias razones pidieron anonimato, han sufrido acoso laboral y psicológico; los envían a servicios denigrantes y son presionados para acceder al retiro voluntario, mientras sus puestos son ocupados por gente sin preparación. La presión ha llegado a tal grado que a algunos elementos de la extinta Policía Federal les han suspendido sus pagos, lo que ha dejado desamparadas a sus familias.
Los números no mienten: todos esos desaciertos y la presión para deshacerse definitivamente de todos los ex policías federales de caminos, en lugar de usar su experiencia, permitieron, por ejemplo, el aumento de casi 70 por ciento del delito de trata de personas. De acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre 2020 y 2021 el delito de trata aumentó 67.3 por ciento, es decir, pasó de mil 216 casos a 2 mil 202 víctimas. Estas cifras fueron tomadas por la ONU de las instancias de seguridad correspondientes de nuestro país, es decir, no son un invento de la organización. También aumentó el narcotráfico, que pareciera estar protegido por este gobierno; y el secuestro registró un incremento de 29.5 por ciento en 2022.
La inacción y la omisión también son corrupción, y eso ocurre con las fuerzas armadas, a las que obligan a no enfrentar a la delincuencia organizada, por lo que circulan libremente por las carreteras y el territorio de este país drogas, armas y niñas y mujeres. Ningún delito de estos es combatido; quizá el olvido más criminal sea el del combate a la trata de personas. Los policías federales que se han tenido que amparar ante la negligencia del presidente dan cuenta de las constantes violaciones y vejaciones que hacen de ellos los mandos militares, muchos de ellos sin preparación. ¿Qué es un país sin seguridad, un país donde el Estado de derecho se viola constantemente y pone como carne de cañón al pueblo ante la complacencia de los propios mandos? ¡No es nada! “
Después de esta lectura, entendemos porque los transportistas padecen un infierno al recorrer las carreteras de nuestro país, y también entendemos quién es el responsable de que eso sucede.
Lo más grave es que la candidata para la presidencia de parte de Morena en el 2024, al ser la preferida e incondicional de López, Claudia Sheinbaum, seguirá en la misma línea respecto a la Guardia Nacional a pesar de su rotundo fracaso. Por ello pregunto ¿se debe votar por ella? O por un cambio para el México que merecemos, con un mejor futuro.
Carlos Águila Franco es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la carrera de Ciencias de la Comunicación, con la especialidad en Periodismo de Investigación.
Se especializó en Análisis Político y ha cursado Diplomados en Francia, España, Italia y Canadá. De 1984 a 1988 fue Profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en las materias de Géneros periodísticos de opinión, y Taller de Comunicación.
Ha laborado en: Secretaría de Comunicaciones y Transportes, CONASUPO, Secretaría del Trabajo, PGR, PGJDF, Secretaría de Gobernación, DDF, Gobierno del estado de Sonora, como funcionario en áreas de Comunicación Social.
En 1988 inició su actividad en Medios de Comunicación escrita, en Diarios y Revistas de circulación nacional como Editorialista. Así como columnista para el Diario de los Ángeles, en el estado de California, EUA. Y en 1998, incursionó en la radio, como analista en temas de política.
A partir de 1999 ha sido conductor de programas radiofónicos especializados en análisis político, e invitado a mesas de debate en medios electrónicos.
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