En entrevista con Miguel Ángel López Farías para Urbe de Hierro, la diputada del Congreso de la Ciudad de México, Diana Sánchez Barrios, habló con franqueza, fuerza y convicción sobre su compromiso legislativo con los derechos humanos y su más reciente iniciativa: tipificar los discursos de odio como delito en la capital del país.
“Los discursos de odio segregan, invisibilizan y violentan emocional, física y socialmente a 14 poblaciones prioritarias. No podemos seguir permitiendo que se normalicen”, señaló la legisladora, quien ha hecho del trabajo legislativo su trinchera para enfrentar la discriminación estructural.
En el encuentro, Sánchez Barrios explicó que su propuesta busca enfrentar desde el ámbito legal aquellas expresiones que, disfrazadas de libertad de expresión, generan violencia directa contra comunidades históricamente vulneradas, como la población LGBTTTI+, personas con discapacidad, pueblos originarios, personas de talla baja, entre otras.
“Un discurso de odio no es una opinión. Es una bala simbólica que muchas veces termina en crímenes reales, como los transfeminicidios. Ya es momento de ponerle dientes a la ley”, advirtió.
La diputada anunció que el próximo 25 de abril se llevará a cabo un Parlamento Abierto en el Congreso de la CDMX, donde organizaciones civiles, académicos, ciudadanos y colectivos podrán participar para enriquecer la propuesta.
“Queremos que sea la propia gente, quienes viven la discriminación todos los días, quienes la nutran. Esta iniciativa no es de una legisladora, es del pueblo”, dijo.
Enfatizó también la necesidad de una reeducación desde los centros escolares. “Muchos niños repiten lo que escuchan en casa, sin saber el daño que provocan. Tenemos que involucrar al sector educativo y a toda la sociedad”, explicó.
Una vida marcada por la violencia, pero no por el miedo
La diputada también habló sobre el atentado que sufrió hace seis meses, en el que recibió cinco impactos de bala. A pesar de haber perdido el 30% de un pulmón, tener pendiente cirugías de reconstrucción y continuar en rehabilitación física y emocional, su espíritu no ha menguado.
“Soy una mujer echada para adelante. Estoy en tratamiento, pero esto no me detiene. Esta lucha es más grande que mi dolor físico. Porque lo que me pasó, le puede pasar a cualquiera que alce la voz contra el odio”, dijo con firmeza.
El reto ante los discursos de odio y la oposición conservadora.
Sánchez Barrios reconoció que habrá resistencias, sobre todo de sectores conservadores que argumentarán que su propuesta atenta contra la libertad de expresión. “Pero no podemos confundir. La libertad de expresión no es un salvoconducto para discriminar, para matar simbólicamente, ni para incitar a la violencia”, concluyó.
Con esta iniciativa, la diputada busca abrir un precedente legal que reconozca la gravedad de los discursos de odio y brinde herramientas reales para frenarlos. “Esto no se trata de política, se trata de vidas. Se trata de justicia”, sentenció.
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