El deporte: victoria y derrota desde la psicología
Por el Psic. Diego Dávila Cardoso
El fin de semana pasado fueron días que paralizaron a la afición del deporte en nuestro país, teníamos la resaca de la victoria de Alexa Grasso en la UFC, seguida de la novena mexicana con su pase a la semifinal (un hecho histórico), una pole position y victoria de Checo Pérez en Formula 1 y terminamos con el encuentro de México y su derrota ante uno de los exponentes más importantes del beisbol a nivel mundial como lo es Japón.
Como característica del deporte, existe la victoria y la derrota y en estos días vivimos el éxtasis y orgullo por la victoria, pero también la amargura y desazón de la derrota. Nosotros como aficionados de uno o varios deportes pasamos la página, porque ciertamente no lo vemos una prioridad como lo es nuestro trabajo o vida personal. Pero alguna vez nos hemos puesto a pensar ¿qué pasa en realidad con los deportistas a los que alabamos o destruimos por ganar y perder?
La victoria de alguna pelea, carrera o partido para un deportista profesional no es casual, ya que esta es la culminación de una preparación física, táctica y técnica que se realiza en cientos o miles de horas o quizá años de trabajo y esfuerzo, que no solo incluyen a los deportistas, sino también a todo el equipo de trabajo con el que se cuenta, lo que da como resultado algo más que una victoria, sino un reconocimiento a todo el sacrificio, esfuerzo y trabajo realizado para la consecución de estos resultados.
Para el logro de estos, no dejamos el aspecto psicológico, por un lado, solo que, actualmente se desarrolla por el aprendizaje y/o la experiencia del entrenador o deportistas, con la finalidad de aumentar el desempeño deportivo o motivarse de una u otra manera para que la parte mental juegue a su favor. Pero la psicología no solo se hace visible durante el deporte profesional practicado, sino también posterior al resultado por toda la carga emocional, estrés, ansiedad y otros factores que podrían surgir dependiendo de la exigencia del deporte.
¿Y en la derrota? En la derrota no solo luchamos con las exigencias mentales mencionadas, sino con la frustración, la infelicidad, esa amargura de la derrota, el enojo y situaciones emocionales que nos surgen en ese momento de pérdida de algo tan anhelado.
Ahora, estimados lectores, les comparto un ejemplo; el lunes pasado vivimos con nuestra novena mexicana emociones incomparables, primero sin imaginar que este equipo llegara a semifinales del clásico mundial, posteriormente con la alegría y energía desbordadas al ir ganando tres carreras a cero y al final con un sabor agridulce con la derrota de seis carreras a cinco. Si esto nos provocó a nosotros como aficionados ¿te imaginas que le provoca a los jugadores?
Observando impresiones post partido, especialistas mencionan el excelente trabajo de la novena, del manager, pero también mencionaron el lenguaje no verbal del cerrador mexicano Giovanny Humberto Gallegos, quién al abrir la novena baja se sentía como “si la bola no entrara donde él quería” y no lo podemos juzgar, ya que él fue pieza importante en la victoria contra Puerto Rico. ¿Te imaginas si Gallegos hubiera tenido un entrenamiento mental?
Ese entrenamiento que identificara pensamientos inadecuados y no solo eso, que pudiera detenerlos y cambiarlos por otros más adaptativos que le permitan ser realista y objetivo, aminorar el exceso de pensamientos negativos o a futuro y poder entrar en el aquí y ahora para bajar sus niveles de ansiedad por el momento del juego por el que se pasaba. No somos adivinos, lo que no podemos dejar de lado es la importancia de la psicología como herramienta que apoye al deportista a potenciar sus habilidades personales y deportivas en la consecución de resultados.
Y así como en el deporte perdemos y ganamos en la vida, pero también hay que sentirnos orgullosos de que en nuestro país hay mucho talento y que es necesario para todos los deportes y para todos los deportistas invertir en su salud física y mental, además de tiempo, reflectores y dinero en la consecución de muchos más logros para el futuro del deporte en México.
Diego Dávila Cardoso es Licenciado en Psicología por la Universidad del Valle de México, con formación en psicología clínica, social, educativa y organizacional.
Máster en Psicología del Deporte por la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Deporte (En curso).
Cursos “Bases prácticas de la Psicología del Deporte”, “Herramientas Psicológicas para el entrenador deportivo”.
Diplomado “Psicología y Rendimiento Deportivo”.
Certificación Entrenador profesional de pesas Wabba.
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