Percepción corporal y psicología
Por Diego Dávila Cardoso
En el deporte, el físico siempre ha sido considerado como uno de los aspectos de importancia a desarrollar por la necesidad específica de cada uno de los deportes que se practican en el alto rendimiento. Esto hace referencia también a los espectadores siendo el caso de atletas que por su apariencia física se duda que puedan realizar la actividad física de manera profesional.
Si bien es cierto que, el componente muscular de un deportista es fundamental y se ve como una situación de salud, está puede llegar a ser un problema en deportistas de élite y practicantes al deporte principalmente por situaciones desencadenadas por objetivos mal definidos, el tipo de personalidad y otros factores psicológicos importantes que pueden causar un trastorno de dismorfia corporal. Dicho trastorno actualmente se encuentra clasificado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales especificado en los trastornos dismórficos corporales y a su vez enmarcado en los trastornos obsesivos compulsivos, este último por implicaciones en la conducta repetida por el uso excesivo de la báscula, el espejo para realizar los cambios en la apariencia o aplicaciones encaminadas al control de calorías ingeridas.
Por lo que la percepción o preocupación de cualquier individuo por los defectos percibidos en el aspecto físico pueden ser imperceptibles o poco relevantes para otras personas, lo que causa malestar significativo, deterioro en las capacidades sociales u ocupacionales, por lo que les preocupa la idea de que su estructura corporal es pobre muscularmente o demasiada pequeña en su propia percepción o en comparación con algún otro.
Específicamente en los gimnasios la comparación con el otro es inevitable, no solo en los aspectos físicos, sino también en las cargas de pesos, la técnica realiza y hasta la ropa usada en el entrenamiento, pero la percepción más importante es la propia al verse al espejo y observar brazos delgados o poco marcados, escaso volumen en espalda, pecho, piernas y glúteos, este último más común en mujeres que genera conductas como mirarse al espejo esperando observarse con mayor volumen, realizar entrenamientos sin mucho tiempo de recuperación, nutrición específica sin errores y hasta el uso de fármacos que permitan el incremento de ese músculo o músculos que según su apreciación tiene el volumen adecuado.
Deportes como el fisicoculturismo profesional o la actividad en el gimnasio, la halterofilia o en deportes que se muestra más el tono muscular son la población en la que con mayor regularidad se presenta la sintomatología.
Cabe hacer mención que los siguientes puntos no resultan definitorios ni tampoco condicionan a que éstos presenten dicho trastorno, pero será trascendental que si los interpretas como personales, puedas acercarte con psicólogos calificados que puedan apoyarte y asistan con un tratamiento específico y acorde a tu situación personal.
Entre ellos destacan; estar preocupado con ideas de un cuerpo poco desarrollado y musculoso, por lo que la cantidad de horas levantando pesas acrecienta y pone énfasis en músculos que se consideran menos desarrollados dando atención en exceso a ello y a la dieta, interferir en las actividades sociales, ocupacionales o esferas importantes del individuo principalmente optando por asistir al gym o mantener la dieta pero también evitando exponer su cuerpo sintiéndose ansioso o con malestar lo que provoca que no salga o conviva con personas por dichas sensaciones, se continúa con el entrenamiento, nutrición estricta y el uso de sustancias a pesar de las situaciones adversas físicas y psicológicas se producen, excesiva preocupación por observarse muscularmente pequeño, el miedo a verse demasiado delgado o gordo.
Como se menciona anteriormente, no hay que confundirlo con ciertos rasgos de personalidad, pero para ello la valoración con un psicólogo especializado será fundamental para que esos rasgos no evolucionen de una manera poco favorable. El psicólogo del deporte será el encargado de la educación del individuo que realiza actividad física o de élite en la prevención de la sintomatología anteriormente mencionada con la finalidad de poder realizar el deporte con los beneficios de salud física y psicológica que mejoren su calidad de vida, así también en el caso de presentar estos síntomas el profesional de la salud mental apoyará en la comprensión de los pensamientos irracionales, los síntomas emocionales y cómo las conductas se mantienen a través del tiempo creando herramientas que modifiquen los pensamientos por reales, identificar y comprender las emociones que se presentan y como con herramientas específicas se realiza un cambio en las conductas presentadas, también apoyar en el control de impulsos generando rituales que le permitan mirarse al espejo con menos regularidad y técnicas de relajación que le permitan situarse en el aquí y ahora manteniéndolo tranquilo, por último identificar las conductas presentadas ante la poca socialización y dotar de herramientas como el ensayo y aprendizaje de habilidades sociales, trabajar autoestima, autoconcepto, por mencionar solo algunas de ellas.
Diego Dávila Cardoso es Licenciado en Psicología por la Universidad del Valle de México, con formación en psicología clínica, social, educativa y organizacional.
Máster en Psicología del Deporte por la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Deporte (En curso).
Cursos “Bases prácticas de la Psicología del Deporte”, “Herramientas Psicológicas para el entrenador deportivo”.
Diplomado “Psicología y Rendimiento Deportivo”.
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