Resiliencia en los deportistas olímpicos
Por Diego Dávila Cardoso
Han pasado ya 12 días de iniciados los juegos Centroamericanos y del Caribe 2023 en el Salvador, días que han sido gloriosos para el comité mexicano, pues hasta el momento se han subido al podio 250 veces, 108 de ellas con la presea máxima, obteniendo así un récord histórico en medallas de oro conseguidas en dichos juegos, destacando también, la primera medalla de oro para la novena mexicana como un hecho trascendental para el deporte y especialmente para el beisbol.
La colosal participación de los deportistas mexicanos en estás competencias ha causado gran impacto gracias a los medios de comunicación masiva y redes sociales, quienes han acompañado a los atletas en sus triunfos, dándoles la importancia que merecen al cumplir con sus metas establecidas, así como el apoyo de los aficionados poniendo al deporte mexicano en lo más alto de Centroamérica.
Tales logros han sido únicamente y gracias al sacrificio, entrega, determinación y demás situaciones que generan los deportistas, sus familiares, amigos, personas cercanas y sus entrenadores seguramente por la motivación en sus objetivos y la enorme alegría de representar a su país ante millones de espectadores, con ello nosotros solo observamos el resultado y no todos esos años de preparación, lesiones y demás aspectos de su vida que sin duda influyen en el desempeño de estos durante su carrera deportiva.
Es por ello que, un deportista como cualquier otra persona tiene que lidiar con problemas personales, dificultades a resolver en sus entrenamientos y a esto se suma uno de los más sonados en la actualidad; el poco o nulo apoyo económico en los deportistas, quienes para solventar sus gastos, viajes y competencias se han visto en la necesidad de pedir apoyo por diferentes medios para poder participar en contiendas nacionales e internacionales y mundiales de la especialidad que resultan de vital importancia para sus aspiraciones de calificar a unos juegos olímpicos en el deporte que practican.
Esto puede causar en los deportistas un estrés adicional al ya implicado en la competencia, por lo que será una distracción extra que podrá perjudicar en su desempeño deportivo y psicológico en el corto, mediano y largo plazo, logrando así no obtener los resultados deseados o esperados por sus entrenadores, espectadores y por ellos mismos.
A pesar del gran problema con el que cuentan los atletas en nuestro país, eso no ha sido un impedimento, pues la ilusión, la perseverancia y las ganas han permitido que los deportistas de alto rendimiento cumplan sus sueños sin importar el poco apoyo de CONADE, el Comité Olímpico Mexicano y del gobierno del país ya que ha generado estrategias para poder conseguir el dinero para sus viajes a competencias por medio de rifas, empresas privadas como aerolíneas, hoteles, refresqueras que apoyan a la causa por el pésimo sistema deportivo en el que se encuentran, por lo que a este proceso de adaptación ante estás adversidades se le conoce en la psicología como resiliencia.
Podríamos mencionar entonces que la resiliencia no solo hace referencia a la capacidad de resistir ante una experiencia negativa, sino que es susceptible de afectar positivamente a la recuperación física, y al desempeño deportivo general del atleta, es decir, la resiliencia en los atletas debe ser entrenada para la adaptación de las adversidades en el deporte que se práctica como puede ser ir perdiendo por un punto, un gol, una carrera, entre otros, desarrollando variables como el autodiálogo, la resolución de problemas, la capacidad de mantenerse en el presente teniendo pensamientos racionales situados en el ahora para la competición, los cuales son entrenables pero que por desgracia tienen que ser aprendidos y desarrollados por condiciones poco favorables de quienes deberían de ser el apoyo más importante para ellos en temas económicos como los son los máximos exponentes que representan el deporte de nuestros país.
Una de las tareas más importantes del psicólogo del deporte en está situación será la de investigar de forma adecuada las variables psicológicas que resultan similares en el proceso de entrenamiento, competencia y post competencia con la finalidad de poder brindar a las instituciones deportivas pruebas claras y objetivas que ayuden a los deportistas a recibir los apoyos económicos necesarios, así como un equipo multidisciplinario de alto nivel que permita potenciar las habilidades físicas, tácticas, técnicas y psicológicas para que el deportista cuente con más herramientas en la consecución de sus logros y metas que generará también un bien para el deporte en nuestro país.
Por último, te comparto algunos tips para entrenar la resiliencia en el deporte
Pensamientos: Durante el proceso de competición podemos llegar a tener pensamientos intrusivos que bajan el rendimiento deportivo, para ello será importante identificar dichos pensamientos, tener la capacidad de detenerlos con una palabra clave (alto) y cambiarlos por pensamientos positivos.
Auto habla positiva: Entrenar lo que nos decimos antes, durante y posterior a un entrenamiento o competición nos ayudará a tener más confianza en realizar las actividades deportivas sintiéndonos aptos para el deporte que practicamos ayudándonos a mantener la concentración, autoestima y motivación.
Validar las emociones y el esfuerzo: Focalizar la atención en las fortalezas que se tienen en el deporte y las oportunidades que se presentan durante la actividad harán que te sientas más seguro de ti mismo.
“El deporte no es un gasto, es una inversión” Rommel Pacheco.
Diego Dávila Cardoso es Licenciado en Psicología por la Universidad del Valle de México, con formación en psicología clínica, social, educativa y organizacional.
Máster en Psicología del Deporte por la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Deporte (En curso).
Cursos “Bases prácticas de la Psicología del Deporte”, “Herramientas Psicológicas para el entrenador deportivo”.
Diplomado “Psicología y Rendimiento Deportivo”.
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