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Diego Dávila Cardoso

El Enfoque Psicológico del Deporte

La autoconfianza aumenta, se mantiene o baja por distintos motivos y es percibida conforme a las expectativas de eficacia en el deporte para cada uno de los practicantes.

Autoconfianza ¿Por qué fallamos en el intento?

Por Diego Dávila Cardoso

En el deporte amateur o profesional una de las situaciones más comunes que se generan son las expectativas acerca del rendimiento o el logro de metas como lo es un buen lugar en el ranking de corredores, ser campeón en un torneo, tener un cuerpo estético, para los practicantes del deporte, mientras que para el deporte élite son comunes el logro de clasificar a mundiales de especialidad, olimpíadas, medallas o trofeos a nivel internacional. Todos ellos comparten como parte fundamental un reto, expectativa, meta y/o logro, el cual genera cierta motivación en el cumplimiento de estos.

Al generar dichas perspectivas se puede caer principalmente en la dificultad o falta de éxito en la metas u objetivos propuestos, principalmente porque en ellos se depositan expectativas demasiado altas en un periodo corto de tiempo, la planeación o cargas resultan ser demasiado fuertes físicamente lo que generalmente tiene como consecuencias ansiedad, estrés, problemas de alimentación, lesiones o incluso la salida de la práctica deportiva. Adicional a estas situaciones se suman los errores en la práctica del deporte como lo son un mal pase, faltar a algún entrenamiento, saltar comidas o algún antojo fuera del plan de nutrición, una mala salida, pedaleo o miles de situaciones adicionales que permean en la percepción de la confianza, incluyendo pensamientos negativos o de castigo que concluyen en la falta de concentración y por tanto que la autoconfianza se vea deteriorada.

Como se puede observar, la autoconfianza aumenta, se mantiene o baja por distintos motivos y es percibida conforme a las expectativas de eficacia en el deporte para cada uno de los practicantes como una pre – creencia acerca de lo que puede realizar o ejecutar acorde a sus habilidades en el deporte practicado.

Para explicarlo de manera específica podemos ejemplificar el caso de un practicante del fútbol, el cual lleva entrenando desde los 7 años, él juega de forma amateur y a sus 17 años cuenta con grandes habilidades deportivas, es veloz, con técnica individual, regate y se percibe dentro del campo como un individuo alegre al realizar su actividad, pero dentro de la cancha en un partido hay situaciones del encuentro principalmente cuando van abajo en el marcador donde su ansiedad incrementa por empatar el marcador, lo que genera que sus capacidades de atención – concentración se vean disminuidas, produciendo a su vez errores en el control del balón, perdiendo balones con demasiada frecuencia lo que desencadena pensamientos negativos tales como, no sirvo para esto, por mi culpa no podremos ganar, mis compañeros deben de estar muy enojados conmigo, vamos a perder, lo que genera una percepción de autoconfianza baja y una profecía auto cumplida ya que el generalmente se pierde el partido.

En este ejemplo podemos observar que dentro del deportista hay distintos factores que afectan en su autoconfianza, por tanto, el resultado deportivo negativo, sumado a la baja de la motivación, la percepción de la preparación, la ansiedad, los pensamientos y la concentración afectan en el desarrollo deportivo del practicante.

El psicólogo del deporte será el responsable de hacer visible al deportista con herramientas como la entrevista, la observación y algunos instrumentos como el biofeedback como influyen estos factores en el desarrollo de una autoconfianza óptima, trabajando no solo la autoconfianza sino todas las causas desencadenantes que influyen en su progreso deportivo.

Cómo se ha podido observar la autoconfianza es una variable individual que influye en el rendimiento principalmente cuando esta es baja por lo que para su control y manejo te dejo algunos tips para poderla trabajar.

  1. Da lo mejor de ti, analiza las derrotas como una forma de aprendizaje porque el resultado no siempre es lo más importante.
  2. El deporte es una actividad de disfrute, por lo que divertirte te hará rendir más y aprender nuevas destrezas.
  3. Crea objetivos con un grado de dificultad, que sean específicos, se puedan medir, alcanzables, realistas y con un tiempo definido. Pequeños pasos recorren distancias más grandes.
  4. Identifica los pensamientos negativos que pasan por tu cabeza y después trata de pararlos y reemplazarlos por positivos.
  5. Prepárate para ser mejor, identifica que puedes perfeccionar y entrénalo, la práctica hace al maestro. El tener una habilidad y mantenerla te ayudará a mejorar la autoconfianza percibida.

Recuerda que cada individuo es diferente, por lo que será conveniente acudir con un psicólogo del deporte el cual te podrá apoyar en la planeación de un entrenamiento mental acorde a tus objetivos y necesidades de la actividad que prácticas.

Diego Dávila Cardoso es Licenciado en Psicología por la Universidad del Valle de México, con formación en psicología clínica, social, educativa y organizacional.

Máster en Psicología del Deporte por la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Deporte (En curso).

Cursos “Bases prácticas de la Psicología del Deporte”, “Herramientas Psicológicas para el entrenador deportivo”.

Diplomado “Psicología y Rendimiento Deportivo”.

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