El “poder” de los pensamientos
Por Diego Dávila Cardozo
Cuando se practica cualquier deporte ya sea de forma profesional o no, siempre se cuenta con expectativas como; tener un desempeño positivo la actividad que se desempeña, que todo saldrá bien, que se harán buenas jugadas, se meterán puntos o goles, se ganará el set, la competencia o el partido que está en puerta, lo que ayuda a motivarse para desarrollarse en el deporte, pero también puede ser todo lo contrario.
Por lo que, los pensamientos son una de las herramientas más importantes con las que cuenta un practicante de la actividad física o el profesional del deporte incluyendo también al entrenador dentro en esta ecuación.
Estos pensamientos pueden ser divididos de la siguiente forma; racionales, basados en datos completamente realistas y objetivos o irracionales, los cuales carecen de evidencia, son ilógicos, poco realistas y son subjetivos, también existen los pensamientos “positivos” los cuales nos sirven como impulso y refuerzan la ejecución del deporte y los “negativos” los cuales disminuyen el rendimiento, la capacidad de afrontamiento de la situación y disminuyen la confianza. También existen los pensamientos rígidos en los cuales se actúa desde un punto de vista único sin tener en cuenta información extra, es decir, son pensamientos inalterables, mientras que los pensamientos flexibles pueden cambiar las ideas previas tomando en cuenta elementos relevantes de la situación. Dichos tipos de pensamiento no los podemos estereotipar como buenos o malos y esto dependerá de la evaluación de la situación, nuestra personalidad, nuestra toma de decisión y por su puesto nuestras emociones.
Dentro de este contexto y para ejemplificarlo, tenemos a un deportista en formación de 17 años quien juega para un equipo profesional en su categoría. El deportista ha tenido buenos juegos y en los últimos dos ha sido titular, sin embargo, en el segundo sale de cambio al comenzar el segundo tiempo y de forma inmediata su pensamiento comienza a ser irracional (lo hice mal, es mi ultimo seguro no jugaré más), dentro del partido erró un pase que termino en un gol en contra mencionando que tuvo un pensamiento negativo (no voy a lograr dar un pase bien), lo que desencadeno un pensamiento rígido (cada que ves que me la pasen no voy a dar un pase bien). Estos pensamientos van en cascada, lo que va provocando conductualmente errores en la cancha. Y si, efectivamente el entrenador lo ha sacado del partido por esos constantes “errores” en el juego.
Dichos “errores” determinados por sus pensamientos han bajado su autoconfianza y su motivación y durante los entrenamientos ha provocado una baja en el rendimiento físico y deportivo ya que no ha podido contener esos pensamientos causándole frustración, enojo y tristeza observando a la lejanía la posibilidad de ser profesional.
Como se puede observar, los pensamientos son muy importantes dentro del deporte y pueden influir en otros aspectos psicológicos no solo dentro de la actividad en la que se desempeña sino fuera de ella, en lo social aislándose de amigos o familiares, problemas escolares y demás áreas de vida.
El psicólogo del deporte será el encargado de trabajar con el futbolista herramientas que le permitan poder detener dichos pensamientos, principalmente con la técnica de paro al pensamiento en la cual se enseña al deportista a detectar los pensamientos negativos como primera fase, para posteriormente y con una palabra como ¡alto!, ¡stop!, ¡para! o alguna estrategia funcional para el lograr detener dichos pensamientos y así poder cambiarlos por pensamientos adecuados que favorezcan a la motivación, las emociones positivas y los objetivos planteados, para ello el auto – habla positiva será vital como herramienta adicional.
A continuación, te comparto algunos puntos a trabajar con el control de pensamientos:
- Identifica tus pensamientos, si son irracionales, racionales, positivos o negativos, rígidos o flexibles, eso hará que puedas intervenirlos de forma adecuada.
- Cuando detengas un pensamiento negativo, intenta tener una palabra clave que te permita detenerlo.
- Recuerda respirar con el diafragma, está técnica puede ayudarte a relajarte, incluso a detener tu pensamiento.
- Entrena el auto habla positiva, decirte cosas que te motivan en los entrenamientos y partidos ayudará a que tus pensamientos sean favorables.
- Si tus pensamientos y herramientas te sobrepasan, acude con un profesional especializado en la salud mental y el deporte.
Recuerda que estos puntos son entrenables, así como lo haces con la técnica, la táctica o el físico, por lo que ser constante ayudará a que se puedan controlar de manera más efectiva.
Diego Dávila Cardoso es Licenciado en Psicología por la Universidad del Valle de México, con formación en psicología clínica, social, educativa y organizacional.
Máster en Psicología del Deporte por la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Deporte (En curso).
Cursos “Bases prácticas de la Psicología del Deporte”, “Herramientas Psicológicas para el entrenador deportivo”.
Diplomado “Psicología y Rendimiento Deportivo”.
Psicólogo del deporte en Club Universidad Nacional.
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