Psicología del deporte y su alcance en el boxeo
Por Diego Dávila Cardoso
El próximo sábado 6 de mayo se realizará la pelea dónde Canelo Álvarez expondrá su cinturón ante John Ryder por el campeonato de peso supermediano, encuentro que ha tenido una difusión mediática derivado del regreso del pugilista tapatío a los cuadriláteros en nuestro país.
Con respecto a dicha pelea y desde hace muchos años en México, el deporte de los guantes ha sido uno de los más llamativos y que reúne a familias enteras, grupos de amigos y a personas en general derivado de las peleas de grandes exponentes a nivel mundial como lo son; Muhammad Ali, Roberto Duran, Mike Tyson, Manny Pacquiao, Rocky Marciano, Evander Holyfield Oscar de la Hoya y representantes mexicanos como lo son; Julio Cesar Chávez, Juan Manuel Márquez, Rubén Olivares, Erik Morales, Raúl Macias, Marco Antonio Barrera, por mencionar a algunos de los más reconocidos dentro y fuera de nuestro país que han ofrecido batallas que quedaron en la historia de este deporte.
Es posible que como espectadores del boxeo se pueden ubicar ciertos golpes como el jab, el gancho, un recto y algunos movimientos de cadera necesarios para entender de mejor manera la pelea, pero muy pocos conocen la preparación que los deportistas tienen previo a ese combate que resulta de vital importancia para sus carreras deportivas, donde se involucra la parte física, técnica, de estrategia y porque no, la psicológica, que implica llevar al límite sus cuerpos y sus mentes para el desarrollo de sus objetivos.
Una de las reglas más importantes para el deporte es el peso, el cual se diferencia por categorías que van desde “paja” hasta el “peso completo”. Como sabemos, este pesaje suele efectuarse un día antes de la pelea pactada y, por ende, uno de los primeros retos de los pugilistas es con la báscula, ya que, dentro del contrato y a la categoría acordada, se tendrá que alcanzar ese peso y deberán cumplir con algunas reglas adicionales como por ejemplo cláusulas de rehidratación. Por lo que resulta fundamental una preparación adecuada para llegar al combate con el peso idóneo para poder competir.
Esto podría pasar desapercibido por los fanáticos del boxeo, pero es uno de los inconvenientes con los que se encuentran los deportistas a lo largo de su vida profesional, que pueden mermar su desempeño durante la pelea o incluso poner en riesgo su vida, por lo que resulta trascendente para el deporte en general tener estrategias efectivas para el control de peso. Para ello la importancia del psicólogo deportivo será vital, como se ha mencionado en relatos anteriores para formar un equipo multidisciplinario en pro de la salud del boxeador.
Por tanto, el psicólogo no solo se encargará de brindar herramientas al deportista que ayuden al desempeño de su actividad como lo son; las estrategias en la motivación, autorregulación o control de la conducta, velocidad de reacción, precisión, atención – concentración, emociones, pensamientos, frustraciones, activación, entre otros, sino también ponderar los malos hábitos de alimentación, exceso de confianza en la bajada o mantenimiento de peso, una programación inadecuada o individualizada que haga al deportista esforzarse de más por el corto plazo con el que cuenta para llegar al peso exacto.
A pesar del avance científico en deportes como el boxeo, todavía nos encontramos con deportistas y entrenadores que, sin una planeación adecuada para bajar el peso de forma paulatina o por el calendario tan corto entre combates, se someten a rigurosos métodos que pueden poner en riesgo su salud, entre las que destacan; la nula ingesta de agua durante días, porciones muy pequeñas de alimentos preferiblemente bajos en agua, enrollarse con fajas, trajes o plástico que hagan subir la temperatura corporal y por ende sudar más de lo habitual, lo que tendría como resultado variaciones en el estado de ánimo, alteración del sueño, cansancio excesivo o fatiga, irritabilidad, lesiones, cambios emocionales principalmente hacía sentimientos y pensamientos negativos, problemas de memoria, atención y a largo plazo trastornos alimenticios como anorexia, bulimia, por evitación, de restricción o por atracón e incluso lesiones cerebrales.
Será clave que el psicólogo del deporte pueda acompañar el proceso del boxeador haciendo hincapié en que dar el peso es parte de la competencia, por lo que en compañía del entrenador y el equipo multidisciplinario planificar la pelea con el rival y con la báscula será relevante en las aspiraciones del deportista. Apoyar al pugilista en la organización de objetivos de proceso que puedan ser específicos, medibles, alcanzables, realistas y con tiempo establecido podrá brinda seguridad en el transcurso de su preparación lo que desencadena en niveles de motivación más altos, menor estrés y ansiedad, capacidad de valorar esos logros en la consecución del resultado final, menor presión y por ende un equilibro físico y emocional que le permita atender a los procesos tácticos y técnicos de los entrenamientos. Como podemos observar, el rol del psicólogo no solo se centra en el desempeño deportivo o en la resolución de problemáticas psicológicas dentro de la competencia sino también en la prevención de posibles conductas o trastornos que impliquen la disminución del rendimiento del deportista y que afecten sus esferas biológicas, psicológicas y sociales.
Diego Dávila Cardoso es Licenciado en Psicología por la Universidad del Valle de México, con formación en psicología clínica, social, educativa y organizacional.
Máster en Psicología del Deporte por la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Deporte (En curso).
Cursos “Bases prácticas de la Psicología del Deporte”, “Herramientas Psicológicas para el entrenador deportivo”.
Diplomado “Psicología y Rendimiento Deportivo”.
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