Durante el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, México se ha mantenido como el país con el mayor número de periodistas asesinados: al menos 38 en seis años.
Cuando se acercan las elecciones generales del 2 de junio, Reporteros Sin Fronteras (RSF) pide a los candidatos que se comprometan de una vez por todas en la adopción de medidas concretas para proteger a los periodistas y luchar contra la impunidad.
Con 38 periodistas asesinados con el más reciente de Roberto Figueroa en el estado de Morelos y cinco desaparecidos durante el sexenio de su mandato, el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, ha fracasado en detener esta tragedia y en la lucha contra la impunidad de los crímenes contra los periodistas. Sin embargo, en su discurso de toma de posesión, el 1 de diciembre de 2018, afirmó: “No habrá más periodistas asesinados”.
El balance es desolador: más allá de la cifra aterradora de reporteros que han perdido la vida, no se ha llevado a cabo ninguna reforma del sistema de protección de los periodistas, a pesar de las recomendaciones sobre la materia de organizaciones como RSF.
Peor aún, el presidente ha tenido, en repetidas ocasiones, un discurso hostil contra la labor de los medios, en particular durante sus conferencias de prensa matinales diarias.
“Andrés Manuel López Obrador se acerca al final de su mandato dejando tras de sí un dramático balance, fruto de la normalización de la violencia contra los periodistas. No ha priorizado su protección y ha permitido que prospere una espiral de violencia contra la prensa y un mayor número de ‘zonas de silencio’, erosionando el derecho a la información en el país. Con vistas a las elecciones generales del 2 de junio, RSF pide a los candidatos que se comprometan a adoptar por fin medidas concretas para proteger a los profesionales de los medios y luchar contra la impunidad de los crímenes cometidos contra periodistas.
Artur Romeu, director de la Oficina de RSF en América Latina
En México, el periodismo es una profesión de alto riesgo desde hace años; la lacra no es nueva: desde 1995, al menos 156 periodistas –143 hombres y 13 mujeres– han sido asesinados por investigar temas relacionados con el crimen organizado, la inseguridad o el narcotráfico.
Y aunque los presidentes que precedieron a AMLO, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, registraron récords de asesinatos, el balance al final del sexenio de AMLO contrasta especialmente con sus declaraciones al llegar al poder.
Esta realidad es especialmente preocupante en algunos Estados, que concentran las peores cifras de violencia.
Es el caso de los tres más peligrosos: Guerrero, Veracruz y Tamaulipas, donde trabajaban el 42% de los profesionales de los medios asesinados desde 1995 (66 en total).
En 2019, RSF y Propuesta Cívica sometieron a la Corte Penal Internacional (CPI) los crímenes cometidos contra 116 periodistas en México entre 2006 y 2018. Desde entonces, el gobierno no ha tomado ninguna medida.
Las esperanzas recaen ahora sobre los tres candidatos presidenciales: Claudia Sheinbaum, miembro de la coalición de gobierno, Xóchitl Gálvez, representante de la oposición de derechas, y Jorge Álvarez, de Movimiento Ciudadano.
Aunque los tres han hecho de la inseguridad y la corrupción sus temas centrales de campaña, a la fecha no se han pronunciado oficialmente sobre la trágica situación de los periodistas en México. Se hace indispensable que incluyan propuestas concretas al respecto en sus programas electorales y en sus propuestas de campaña.
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