Discriminación laboral por embarazo, ya es un delito
Por la Doctora en Derecho Araceli García Rico
¿Estás embarazada? ¿Tienes en mente embarazarte a corto plazo? ¿Has pospuesto tu embarazo por no perder oportunidades laborales? ¿Crees que actualmente te podrían discriminar por esta situación? Si respondiste “Si” a alguna de las interrogantes anteriores, sin duda la disyuntiva de cómo armonizar la vida laboral con la familiar está presente en tu día a día. Pero te resultará más interesante saber que a pesar de que tu red de apoyo se encuentre aceitada y lista para apoyarte a continuar con tu crecimiento profesional y tu activación económica, existen sesgos en las áreas de recursos humanos de las dependencias públicas o privadas que pueden aletargar o impedir tu incorporación al mismo.
Estas personas que dan la cara a nombre a la dependencia o de la empresa van por la vida “defendiendo” los estándares de productividad de la institución. La Ley Federal del Trabajo, en su artículo 133 fracción XIV, establece que los patrones o sus representantes no pueden exigir la presentación de certificados médicos de no embarazo (prueba de embarazo) para el ingreso, permanencia o ascenso en el empleo.
Sin embargo, son innumerables los casos de discriminación con motivo de embarazo o maternidad que padecemos para conseguir o mantener un empleo, ya que no lo hacen de manera directa, pero en sus entrevistas de manera sutil aún preguntan “por tu proyecto de vida”, con frases engañosas como “-Eres muy joven, ¿Cómo te ves en lo laboral y en lo personal en unos años? -”, tienes una trayectoria interesante, pero teniendo hijos ¿Crees que puedas viajar o vivir fuera de esta ciudad por algunos meses?
Por ello, celebro la presentación por parte de la Diputada Federal Julieta Vences, de la iniciativa de ley reformar y adicionar diversos artículos de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de violencia, para que la Discriminación Laboral por Embarazo (DLE) sea sancionada.
Es importante resaltar que en la iniciativa impulsa la capacitación y sensibilización para conocer que esta acción es ya un delito, pero además impulsa la obligación de emitir las órdenes de protección y llevar indicadores que permitan dar seguimiento a la consecución de estas conductas.
Sabemos que por decreto no cambiará la cultura de una sociedad fuertemente machista y misógina como la mexicana, pero, si todas y todos nos apropiamos de nuestros derechos, los difundimos y no permitimos que los vulneren, tendremos sociedades incluyentes, como lo escribió en su libro póstumo “Democracia Creativa”, María Angélica Luna Parra presentado recientemente ante decenas de organizaciones de la sociedad civil, en el Centro Mexicano para la Filantropía “Hay que conocer los problemas de las personas, para canalizar y unir acciones de respuesta a sus anhelos y resolverlos, solo así puede florecer la fuerza para conjuntar alternativas con múltiples soluciones”.
Así como esta reforma permitirá que más mujeres en etapa de embarazo o maternidad alcancen sus objetivos públicos o privados, bajo la premisa de trabajar en conjunto las causas y circunstancias que nos unen, estoy segura que más cambios se presentaran a esta ley medular, hasta lograr con acciones integrales que las mujeres alcancemos la igualdad plena y logremos vidas libres de violencia.
Doctora en Derecho Experta en Género y Derechos Humanos
@Aragarciarico
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