La Política desde la Psicología

El sesgo cognitivo, herramienta política

Por: Dr. Horacio Rafael Rodríguez Montalvo

Es un placer presentarme con mi columna en Picotazo Político, narrando el proceso que seguí para definir las aportaciones que en mi mente deseo compartir para comprender el comportamiento humano, en el área que actualmente influye en la conducta social.

Al estar disfrutando un café con grandes amigos, observé en las distintas mesas, discusiones acaloradas con un tema común: “política”. Discusiones como: “Qué si eres chairo o fifí, un ignorante por defender o criticar a trabajadores del sector público”; algunos otros usando palabras altisonantes para alinear el pensamiento de la persona que no coincide con su opinión. Casi en automático me vienen a la memoria los tristes eventos donde hasta golpes o balazos son utilizados por el mismo tema.

Lo anterior me llevo a la reflexión para entender, qué orilla a las personas (desconocidos, amigos, familiares) a actuar de esa forma, que sólo se nota que su violenta defensa de ideas no aporta valor en la solución de alguno de los muchos problemas que vivimos como comunidad. En ese análisis de la conducta estaba, cuando me vino a la mente el concepto de “sesgo cognitivo”, definido por el psicólogo israelí-estadounidense Daniel Kahneman, como el efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto. Como lo conocemos “prejuicios”.

El sesgo cognitivo puede tener varios orígenes, por ejemplo:

Sesgo de confirmación: la tendencia a buscar, interpretar o recordar información de manera que confirma creencias y suposiciones muy arraigadas.
Sesgo de observación selectiva: cuando diriges tu atención a algo en función de tus expectativas, e ignoras el resto de la información.
Sesgo de negatividad: prestas más atención a experiencias e información negativa, en vez de positiva o neutral.

¿Les parece conocido?

En el comportamiento, la información puede influir en lo racional o en lo emotivo, pero hay una sentencia triste para la naturaleza humana que se han reflejado en múltiples estudios: La gente opta por no pensar demasiado en el momento de tomar una decisión, las personas no verifican la información que reciben, no investigan, se dejan dominar por sus emociones sin darles un sentido u objetivo. Nos da flojera.

Con estos recuerdos y análisis, entiendo cómo los lideres de campañas o de comunicación, utilizan los dos factores: sesgos cognitivos y la falta de interés por analizar lo que ocurre, para lograr sus objetivos. Logrando el efecto en nosotros de estar más preocupados por pelearnos que por exigir los cambios y soluciones que la sociedad requiere. Somos más útiles en los planes políticos sintiendo que pensando.

La intención de esta columna será brindar elementos que ayude a comprender las situaciones políticas que vivimos, para disminuir los sesgos y ayuden en la toma de decisiones, desde la psicología, con el objetivo de fomentar la crítica constructiva.

Regresa mi atención con mis amigos y disfrutando nuestras bebidas, viendo el actuar de la gente para aceptar el reto de ser parte de esta nueva plataforma.

Estoy a sus órdenes para comentarios en el correo [email protected]

Horacio Rafael Rodríguez Montalvo es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Licenciado por la Facultad de Psicología, con formación en psicología clínica, educativa, organizacional y social. Maestría y doctorado en ciencias de la administración, con especialidad en comportamiento organizacional. Doctorante en la Facultad de medicina, en el área de ciencias de la salud con especialidad en salud mental en el trabajo.

Consultor y conferencista en transformación organizacional – humano, en diversas empresas privadas y públicas.

Docente en los niveles de licenciatura, maestría, doctorado, especialidad y diplomado, en las carreras de: Psicología, administración, educación, mercadotecnia, alta dirección y desarrollo humano.

Especialista invitado en programas radiofónicos, publicaciones en periódico, revistas impresas/ electrónicas, redes sociales, plataformas y televisión con temas del comportamiento humano.