Encuestas, herramienta política
Por el Dr. Horacio Rafael Rodríguez Montalvo
Los partidos políticos han comunicado sus procesos de selección de la persona que apoyarán para participar en las elecciones presidenciales. Recordemos que no podemos hablar de “candidato” por respeto a las leyes electorales.
Pero todos lo tenemos muy claro, por ello, las personas interesadas en ser elegidas han iniciado sus estrategias para hacer presencia en la atención del electorado. Vemos políticos muy cercanos a la gente, conviviendo, usando redes sociales con mensajes para todas las generaciones, recorriendo el país para presentarse en eventos sociales, etc.
Todas las actividades que realizan, buscan tener impacto en la herramienta que hoy se ha definido como “clave” para tomar la decisión: las encuestas. No importa si tienen trayectoria, conocimientos o habilidades en la administración pública, lo que realmente interesa es que logren identificarse con la gente.
La encuesta es un proceso simple para conocer, de forma cualitativa, la opinión o gusto por un asunto determinado.
La simpleza de la herramienta la hace muy fácil de manipular, tanto en su aplicación como en su interpretación, motivo por el que se observa la desconfianza que presentan varias de las personas que participan en el proceso. Pero se debe de reconocer que es muy útil para mover la percepción de la gente que las escucha, motivo por el cual tiene gran importancia para influir en la psicología de las masas, lo que se entiende como observar cómo el comportamiento de los individuos se contagian del comportamiento de los demás y se limitan a repetir sin cuestionarse nada.
Hay opiniones fuertes que señalan que “la masa es intelectualmente inferior que a un individuo independiente”. En la política se sabe que en México nos dejamos llevar más por las emociones que por la razón, lo que diga la mayoría puede ser lo mejor para todos. Pero, ¿Cuántas personas participaron en la encuesta?, ¿quién, cómo y dónde se aplicó?, ¿Qué características tienen los que participaron?, estas y más preguntas debemos hacernos al escuchar los resultados para saber si fue o no manipulada.
Los políticos seguirán usándola a discreción, y es normal. Sólo que en estos tiempos donde la población está polarizada, con choques muy fuertes de ideas, se necesita dar certeza, validez y confianza a los datos, para realmente comprender la voluntad del pueblo en su elección y que no se use para generar problemas sociales, al usar frases como “yo tengo otros datos”, que sólo descalifican y encienden emocionalidades.
El problema no es la encuesta por sí misma, sino la forma en que se utiliza. Nuestro interés es que el comportamiento de la gente vaya modificando más al exigir resultados a quienes ganen una elección, sin importar el partido que sea. Como sociedad debemos ver que se hagan cambios tangibles y no sólo la continuidad de la medición de rating como de un show televisivo.
Horacio Rafael Rodríguez Montalvo es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Licenciado por la Facultad de Psicología, con formación en psicología clínica, educativa, organizacional y social. Maestría y doctorado en ciencias de la administración, con especialidad en comportamiento organizacional.
Doctorante en la Facultad de medicina, en el área de ciencias de la salud con especialidad en salud mental en el trabajo. Consultor y conferencista en transformación organizacional – humano, en diversas empresas privadas y públicas.
Docente en los niveles de licenciatura, maestría, doctorado, especialidad y diplomado, en las carreras de: Psicología, administración, educación, mercadotecnia, alta dirección y desarrollo humano.
Especialista invitado en programas radiofónicos, publicaciones en periódico, revistas impresas/ electrónicas, redes sociales, plataformas y televisión con temas del comportamiento humano.
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