Educación, salud, economía y demás, víctimas del síndrome de Hubris o enfermedad del poder
Por el Dr. Horacio Rafael Rodríguez Montalvo
Son días en los que se discuten temas muy importantes para la sociedad, tanto logros como errores, con una clara visión triunfalista para convencer al electorado. Se presentan datos que nos obligan a prestarles atención, descuidando los hechos que surgen a consecuencia de las decisiones de los actuales gobernantes.
Políticos que buscan eliminar Normas Oficiales Mexicanas, que son ajustes técnicos establecidos por el gobierno de México con el objetivo de proteger la seguridad, la salud, el medio ambiente y otros aspectos relevantes para la sociedad. Estas normas se elaboran a través de un proceso formal y reglamentado que involucra a varias instituciones y expertos.
Otros políticos cambian la estructura del ya muy deficiente sistema educativo, con libros que han disminuido el nivel de exigencia para los alumnos.
La economía no se salva de sufrir decisiones que han afectado más de lo que han beneficiado. Y así podemos seguir mencionando cambios que se presentan, que no tienen nada de malo en buscar nuevas opciones. Sin embargo, hoy en día, estos cambios se realizan solo por la voluntad de uno o unos pocos, a veces sin la formación necesaria sobre el tema, sin seguir un proceso, sin escuchar a expertos o simplemente sin poner una discusión pública para integrar el sentir de la mayoría.
Cada tema ya está discutido por expertos; en esta columna buscamos analizar el comportamiento de la gente y, concretamente, buscamos explicar los de aquellos políticos que deciden sin escuchar, sin importarles la gente, y que solo aplican poder; a esto se le llama “Síndrome de Hubris o enfermedad del poder”.
El síndrome de Hubris, también conocido como el síndrome del emperador, es un término utilizado para describir un conjunto de características y comportamientos que reflejan un exceso de autoconfianza, orgullo y arrogancia en una persona en una posición de poder o autoridad.
Las personas afectadas por el síndrome de Hubris tienden a creer que son invulnerables y que están por encima de las reglas y las críticas. Pueden tomar decisiones imprudentes y arriesgadas, ignorando las consecuencias potenciales y mostrando poco respeto por las opiniones de los demás. Además, pueden tener dificultades para admitir errores o aceptar consejos, ya que se sienten superiores y consideran que sus juicios son siempre correctos.
El síndrome puede afectar a personas que ocupan posiciones de poder o autoridad, independientemente de su campo de actividad. Algunas de las áreas en las que es más común encontrar este síndrome incluyen:
- Política: Los líderes políticos, como presidentes, gobernadores o alcaldes, pueden creer que están por encima de las reglas y a tomar decisiones impulsivas.
- Negocios: Los ejecutivos y directores pueden aumentar su autoconfianza y alcanzar a subestimar los riesgos o ignorar las advertencias de sus subordinados.
- Medios de comunicación pueden desarrollar un sentido inflado de su propia importancia debido a la fama y el reconocimiento que reciben.
- Profesionales de la salud pueden llegar a creer que no pueden cometer errores o que su criterio siempre es correcto.
La combinación de personalidad, entorno, experiencias de vida y cómo se maneja el poder influye en la probabilidad de que se manifieste este comportamiento arrogante. La historia de nuestro país cuenta con muchos ejemplos de este síndrome, lo preocupante es que parece que será la principal característica que tendrán los próximos líderes que decidan el futuro del país.
Horacio Rafael Rodríguez Montalvo es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Licenciado por la Facultad de Psicología, con formación en psicología clínica, educativa, organizacional y social. Maestría y doctorado en ciencias de la administración, con especialidad en comportamiento organizacional.
Doctorante en la Facultad de medicina, en el área de ciencias de la salud con especialidad en salud mental en el trabajo. Consultor y conferencista en transformación organizacional – humano, en diversas empresas privadas y públicas.
Docente en los niveles de licenciatura, maestría, doctorado, especialidad y diplomado, en las carreras de: Psicología, administración, educación, mercadotecnia, alta dirección y desarrollo humano.
Especialista invitado en programas radiofónicos, publicaciones en periódico, revistas impresas/ electrónicas, redes sociales, plataformas y televisión con temas del comportamiento humano.
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