“Pues sí, así es la política”. La resignación política.
Por el Dr. Horacio Rafael Rodríguez Montalvo
Y las campañas continúan, los ataques entre partidos, la falta de propuestas de solución, las acusaciones, las deserciones de un partido para apoyar a otro, en conclusión, continúa la farsa de la democracia en México. Pero el punto que nos interesa en esta sección es la conducta humana ante esto, y sólo podemos ver el hartazgo, la indiferencia y la única explicación generalizada ante tanta deficiencia de los personajes que se preparan para iniciar 2024 con mayores acciones mercadológicas y carentes de valor para la sociedad.
Esta conducta se le conoce como resignación, que es un concepto que con frecuencia se asocia con la aceptación pasiva de las circunstancias adversas. Sin embargo, en un contexto más profundo, puede ser vista como una estrategia de defensa psicológica frente a la frustración y la adversidad. Cuando las personas se enfrentan a situaciones que escapan a su control o que les causan un gran sufrimiento, la resignación puede surgir como una forma de protección emocional.
La resignación no siempre es una respuesta saludable o constructiva. En algunos casos, puede llevar a una sensación de desesperanza y a una disminución de la motivación para buscar soluciones alternativas o para enfrentar los desafíos de manera activa. En otras palabras, la justificación para no hacer nada por lograr cambios. La resignación excesiva también puede impedir el crecimiento personal y la búsqueda de nuevas oportunidades, ya que la persona se conforma con una situación que podría cambiar si se emprendieran acciones diferentes.
La resignación política se refiere a la actitud de aceptar pasivamente las condiciones políticas, sociales o económicas existentes, incluso cuando se perciben como injustas o desfavorables. Esta actitud puede surgir por diversas razones, como la percepción de que el cambio es imposible, la desilusión con el sistema político o la falta de confianza en los líderes y las instituciones. Situaciones que actualmente vive la sociedad mexicana.
Una de las formas más comunes de resignación política es la apatía o la falta de participación activa en la vida política. Muchas personas se sienten desencantadas con la política debido a la corrupción, la falta de representatividad o la incapacidad percibida de los líderes para abordar los problemas fundamentales de la sociedad. Como resultado, optan por alejarse de la participación política activa, ya sea mediante la abstención en las elecciones o el desinterés por los asuntos públicos. Uno de los puntos que se deben cuidar en 2024. Puede ser el partido que deseen o el que menos les moleste, pero si es necesario involucrarse para comprometer lo más que se pueda a las personas que desean ser elegidas.
Otra manifestación es la aceptación pasiva de las decisiones políticas tomadas por otros, ya sea por líderes electos o por las élites políticas y económicas. Esto puede ocurrir cuando las personas se sienten impotentes para influir en las decisiones políticas debido a la concentración del poder en unas pocas manos o a la falta de canales efectivos para la participación ciudadana. Un ejemplo puede ser, que cada vez son más miembros de pocas familias las que ocupan puestos de toma de decisiones trascendentales para el país. El nepotismo es el acto que cada vez más crece.
En casos muy especiales no es necesariamente un fenómeno negativo. En algunos contextos, puede ser una estrategia de adaptación frente a situaciones políticas extremadamente difíciles o peligrosas. Por ejemplo, en regímenes autoritarios o en contextos de conflicto armado, la resignación puede ser una forma de protección personal y de supervivencia, ya que desafiar abiertamente al poder establecido puede conllevar graves consecuencias. Punto que lamentablemente caracteriza a nuestro país con el crimen organizado.
Es importante analizar las causas subyacentes de la resignación y buscar formas constructivas de participación y cambio en la sociedad.
Sabemos que las desilusiones han sido varias durante la historia, sin importar los colores del partido, los cambios generacionales o las condiciones de un mundo muy cambiante, que exige mayor participación activa de una sociedad, que en vez de exigir tener personas ocupadas del crecimiento del país, solucionar los distintos problemas que vivimos y que den luz a un futuro, sólo nos reunimos para levantar los hombros, poner cara de resignación y decir en voz alta “Pues sí, así es la política” para autoengañarnos.
Doctor en la Facultad de medicina, en el área de ciencias de la salud con especialidad en salud mental en el trabajo. Consultor y conferencista en transformación organizacional – humano, en diversas empresas privadas y públicas.
Docente en los niveles de licenciatura, maestría, doctorado, especialidad y diplomado, en las carreras de: Psicología, administración, educación, mercadotecnia, alta dirección y desarrollo humano.
Especialista invitado en programas radiofónicos, publicaciones en periódico, revistas impresas/ electrónicas, redes sociales, plataformas y televisión con temas del comportamiento humano.
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