Teorías de la conspiración y su impacto psicológico en la política
Por el Dr. Horacio Rafael Rodríguez Montalvo
Las teorías de la conspiración han estado presentes en la historia de México y cuyo fin es influir en la percepción pública sobre el poder, el gobierno y los eventos nacionales. Estas narrativas, que sugieren la existencia de tramas ocultas manejadas por grupos poderosos para controlar o manipular la sociedad, son atractivas para muchas personas, especialmente en contextos de incertidumbre y desconfianza hacia las instituciones.
Existen distintos factores psicológicos que contribuyen a la propagación y aceptación de teorías de la conspiración: La desconfianza hacia el gobierno y las élites es un terreno fértil para las teorías de la conspiración. En México, donde la corrupción y la impunidad han sido problemas persistentes, muchas personas encuentran más fácil creer que existen tramas ocultas en lugar de aceptar la versión oficial de los hechos.
Estas teorías ofrecen una explicación simplificada de eventos complejos, lo que da a las personas una sensación de control sobre su entorno incierto. Esto es especialmente relevante en tiempos de crisis. También pueden servir como un mecanismo para reforzar la identidad grupal. Al compartir y creer en estas teorías, las personas pueden sentirse parte de un grupo selecto que “conoce la verdad”, lo que fortalece su sentido de pertenencia y solidaridad.
Algunos ejemplos son: el asesinato Colosio, los 43 estudiantes de Ayotzinapa, COVID-19 y Vacunas, el poder del neoliberalismo, etc.
Las teorías de la conspiración pueden socavar la confianza en las instituciones y dificultar la implementación de políticas públicas efectivas. Además, pueden ser utilizadas por actores políticos para manipular a la opinión pública o desviar la atención de problemas reales. Es jugar con la percepción y factores psicológicos como la historia de represión y violencia política en México ha dejado cicatrices en la psique colectiva. El trauma no resuelto puede llevar a la gente a cuestionar la realidad oficial y a buscar explicaciones alternativas que den sentido a experiencias difíciles o incomprensibles.
Otro factor puede ser la cultura mexicana que tiene una rica tradición de creencias religiosas y místicas, que pueden facilitar la aceptación de explicaciones sobrenaturales o conspirativas para eventos que de otra manera serían difíciles de explicar.
Y claro la profunda desigualdad en México, donde existe una brecha significativa entre las élites y el pueblo, contribuye a la percepción de que las conspiraciones son una herramienta utilizada por los poderosos para mantener su estatus y controlar a la población.
Para mitigar el impacto de las teorías de la conspiración, es crucial fortalecer la transparencia gubernamental y mejorar la comunicación pública. Además, es necesario promover la alfabetización mediática y el pensamiento crítico en la población para que las personas puedan identificar y cuestionar información falsa o engañosa.
Nuevamente llegamos a la importancia de la educación y formación de las personas, pero tristemente siempre será más fácil buscar explicaciones que soluciones, así que seguiremos sorprendiéndonos con las teorías de conspiración por ridículas que parezcan.
Doctor en la Facultad de medicina, en el área de ciencias de la salud con especialidad en salud mental en el trabajo. Consultor y conferencista en transformación organizacional – humano, en diversas empresas privadas y públicas.
Docente en los niveles de licenciatura, maestría, doctorado, especialidad y diplomado, en las carreras de: Psicología, administración, educación, mercadotecnia, alta dirección y desarrollo humano.
Especialista invitado en programas radiofónicos, publicaciones en periódico, revistas impresas/ electrónicas, redes sociales, plataformas y televisión con temas del comportamiento humano.
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