Salud Mental en el Trabajo: Un Reto Urgente para México
Por Horacio Rafael Rodríguez Montalvo
En los últimos años, la salud mental en el trabajo ha cobrado gran relevancia a nivel mundial, con un creciente reconocimiento de su impacto en la productividad y el bienestar de los empleados. En México, aunque se han dado pasos importantes para abordar este tema, todavía queda un largo camino por recorrer.
La salud mental en el trabajo aún es un tema de alta prioridad. La Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) del INEGI mostró que el 42% de los mexicanos se siente estresado debido a su trabajo, con factores como largas horas laborales, poca estabilidad laboral y el temor a despidos como principales fuentes de estrés.
México destaca entre los países de la OCDE con el promedio más alto de horas trabajadas anualmente, con 2,137 horas al año, en comparación con países como Alemania, donde la media es de 1,386 horas. Esta cultura de largas jornadas de trabajo, combinada con bajos salarios y una alta demanda laboral, crea un ambiente propenso al estrés y la ansiedad. A esto se suma la falta de programas de bienestar laboral en la mayoría de las empresas, especialmente en pequeñas y medianas empresas (PYMES), que son el motor económico del país.
El esfuerzo que se ha realizado para atender está situación es la implementación de la Norma Oficial Mexicana NOM-035, que busca identificar y prevenir riesgos psicosociales en el trabajo. Sin embargo, la adopción efectiva de esta normativa enfrenta desafíos, como la falta de recursos, cultura empresarial inadecuada y desconocimiento sobre cómo implementar verdaderos programas de apoyo mental.
El impacto de descuidar la salud mental en el trabajo no se limita a la calidad de vida de los empleados; tiene un costo económico significativo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los problemas de salud mental pueden reducir la productividad laboral hasta en un 20%. En México, la combinación de problemas de salud mental y estrés laboral genera altos índices de rotación laboral y ausentismo, lo que afecta negativamente a la competitividad empresarial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los trastornos mentales, especialmente la depresión y la ansiedad, generan una pérdida anual de productividad equivalente a 1 billón de dólares debido al ausentismo y la baja productividad. Según la American Psychological Association, casi el 60% de los trabajadores a nivel mundial reportan sentirse estresados en su lugar de trabajo, y el Workplace Wellbeing Index muestra que el 41% de los empleados siente que su trabajo afecta negativamente su salud mental.
En Europa, iniciativas como la Estrategia de Salud Mental y Bienestar en el Lugar de Trabajo han demostrado que los programas de salud mental no solo mejoran el bienestar de los empleados, sino que también aumentan los resultados en un 30%. Estos datos ponen de manifiesto que la salud mental en el trabajo es un reto global, pero con un enfoque adecuado, puede ser gestionado efectivamente para el beneficio tanto de los empleados como de las empresas.
Te recomendamos: De la Polarización a la Resiliencia en el Cambio Político
Hay mucho trabajo por realizar sobre este punto, por ejemplo: capacitar a directivos y empleados en la identificación y gestión de problemas de salud mental, siguiendo las directrices de la NOM-035. Programas de formación en inteligencia emocional y resiliencia pueden reducir los efectos del estrés laboral.
Desarrollar programas que combinen actividad física, soporte psicológico, y jornadas laborales flexibles, como ya ocurre en países como Dinamarca o Suecia, con quienes tanto nos gusta compararnos, donde las políticas laborales son más amigables para el bienestar mental.
El gobierno mexicano debe fomentar programas de salud mental accesibles para todos los trabajadores, y fortalecer la fiscalización y el cumplimiento de la NOM-035 en todos los sectores económicos, incluyendo el sector público donde se han observado grandes violaciones a las reglas que ellos mismos proponen.
La salud mental en el trabajo no es solo una cuestión individual, sino un reflejo del bienestar colectivo de una sociedad. En un mundo cada vez más competitivo y exigente, las organizaciones y los gobiernos tienen la responsabilidad de crear entornos laborales que promuevan el equilibrio emocional y el bienestar de los trabajadores. En México, avanzar hacia una cultura laboral más saludable no solo mejorará la calidad de vida de millones de empleados, sino que también fortalecerá la economía y la cohesión social del país. Invertir en la salud mental es, en última instancia, una inversión en el futuro del país.
Doctor en la Facultad de medicina, en el área de ciencias de la salud con especialidad en salud mental en el trabajo. Consultor y conferencista en transformación organizacional – humano, en diversas empresas privadas y públicas.
Docente en los niveles de licenciatura, maestría, doctorado, especialidad y diplomado, en las carreras de: Psicología, administración, educación, mercadotecnia, alta dirección y desarrollo humano.
Especialista invitado en programas radiofónicos, publicaciones en periódico, revistas impresas/ electrónicas, redes sociales, plataformas y televisión con temas del comportamiento humano.
Más historias
Espiral: ¿México está preparado para la deportación masiva?
La Política Desde la Psicología
La Política Desde la Psicología