El Paseo de la Reforma se viste de color con la llegada del Festival de las Flores de Cempasúchil, un evento que reúne a 140 productores de esta emblemática flor, quienes estarán presentes en ambas aceras de la icónica avenida, desde las glorietas del Ángel de la Independencia hasta la del Ahuehuete, hasta el domingo 3 de noviembre.
Este festival no solo anticipa las celebraciones por el Día de Muertos, sino que también busca fortalecer la identidad cultural y apoyar la economía de las comunidades rurales de la Ciudad de México.
Organizado por la Secretaría de Turismo, el evento invita a residentes y turistas a adquirir flores de cempasúchil directamente de los productores, fomentando así el consumo local y resaltando la importancia de este cultivo, que no solo tiene un valor cultural profundo, sino también un impacto positivo en la sostenibilidad ambiental de la capital. Los cultivos de cempasúchil contribuyen a la generación de oxígeno y agua, al mantenimiento de la biodiversidad y a la regulación climática del Valle de México.
La flor de cempasúchil, con su vibrante color naranja y amarillo, ha sido un símbolo fundamental en la tradición prehispánica, pues se cree que su color guía a las almas de los difuntos en su camino de regreso a casa. Su presencia en altares y ofrendas se ha convertido en un elemento indispensable en las celebraciones del Día de Muertos, lo que convierte a este festival en una oportunidad única para adquirir estas flores directamente de las manos que las cultivan.
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El festival, que alberga a 420 unidades productivas y beneficia a más de 5 mil familias rurales, es un esfuerzo por mantener vivas las tradiciones prehispánicas y promover la conservación de los suelos rurales. La Secretaría de Turismo ha destacado la relevancia de apoyar a los productores locales en estas fechas clave, en un acto de solidaridad que refuerza los lazos entre la ciudad y sus zonas rurales.
En ediciones anteriores, el festival ha atraído a más de 250 mil turistas, quienes no solo disfrutan de la belleza de las flores de cempasúchil, sino también de las artesanías, la gastronomía tradicional, la música y otras manifestaciones culturales que enriquecen esta festividad. Así, el Paseo de la Reforma se convierte nuevamente en el escenario de una celebración que entrelaza el presente con las raíces ancestrales del México prehispánico.
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