La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido nuevas directrices sobre el uso de mascarillas en relación con la enfermedad de mpox, anteriormente conocida como viruela del mono. Según la organización, el uso de mascarillas debe limitarse al personal sanitario que está en contacto directo con pacientes infectados y a los cuidadores que se encargan de estos fuera del entorno hospitalario.
La recomendación se produce en medio de un brote de una nueva subvariante de mpox, conocida como clado Ib, que ha sido detectada en la República Democrática del Congo (RDC).
Hasta la fecha, se han notificado 18,000 casos sospechosos en la RDC, con la preocupación adicional de que esta subvariante podría ser más contagiosa que la variante clado Ia, que ha estado circulando en la región durante décadas, y la clado II, responsable de un brote epidémico en 2022 que afectó a varios países a nivel global.
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La OMS ha destacado que cerca del 30 % de los casos en la RDC corresponden a niños menores de cinco años, lo que ha generado alarma entre la comunidad internacional.
Aunque el riesgo de transmisión a través de aerosoles es limitado, la portavoz de la OMS, Margaret Harris, subrayó que el contagio se produce principalmente por contacto directo, piel con piel, y que las mascarillas son esenciales solo cuando se está en contacto cara a cara con una persona infectada.
Harris también instó a los centros de investigación a continuar analizando las secuencias genéticas del virus para entender mejor su mecanismo de transmisión y anticipar posibles escenarios de propagación.
La OMS sigue monitorizando de cerca la situación y mantendrá informada a la comunidad global sobre cualquier actualización relacionada con la evolución del brote y las medidas preventivas necesarias.
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