El diputado Marco Antonio Mendoza Bustamante (PRI) solicitó reformar el artículo 12 de la Ley General de Educación, lo anterior con la finalidad de garantizar la educación emocional a nivel inicial y maternal para complementar el desarrollo cognitivo y social de las y los menores.
La iniciativa, enviada a la Comisión de Educación para dictamen, señala que la inteligencia emocional es fundamental en la educación de la primera infancia, ya que, durante la etapa formativa, los menores atraviesan un periodo de oportunidad para desarrollar habilidades que pueden influenciarlos sistemáticamente a lo largo de su vida.
De igual manera, apoyar la inteligencia emocional durante los primeros años de educación contribuye a desarrollar el reconocimiento, la comprensión y el manejo de emociones.
Asimismo, de acuerdo con estudios, los menores que poseen un nivel elevado de esta inteligencia son más aptos para gestionar sus emociones de manera efectiva, tienden a tener menos conductas agresivas, obtienen mejor rendimiento académico y demuestran una capacidad superior de adaptación social.
En su argumentación, el legislador federal indicó que en México la educación emocional ha ganado prominencia en los últimos años como un tema decisivo para el bienestar y desarrollo de los niños; sin embargo, aún se encuentra en una etapa incipiente en comparación con otros aspectos de la educación.
Los enfoques tradicionales de la educación nacional se han definido por los criterios estándar de rendimiento académico, ignorando el peso de la inteligencia emocional y el bienestar psicológico de las alumnas y los alumnos.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para el ciclo escolar 2022-2023 al menos 4 millones 328 mil 188 niños cursan alguna etapa de la educación preescolar o inicial. Ello implica que al menos existen 4 millones de potenciales estudiantes que pueden aumentar las habilidades socioemocionales y su desarrollo general.
El documento señala que los entornos de educación en la primera infancia son cruciales para apoyar el desarrollo emocional de los niños, ya que conlleva la integración de prácticas como soportes integrales para conducir las investigaciones y aplicar herramientas prácticas para ampliar las habilidades de regulación emocional.
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Asimismo, el diputado Mendoza Bustamante indicó que las políticas públicas y las legislaciones deben ser reformuladas para reconocer a la educación emocional como un derecho humano básico, alineado con los objetivos más amplios de formación integral y bienestar.
Finalmente, resaltó que la ley en materia de educación emocional en México no es sólo un asunto de mejora educativa, sino un componente vital para el bienestar social, económico y político de la nación.
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