El programa de desarme voluntario en la Ciudad de México, que permite a los ciudadanos cambiar armas por dinero, se encuentra bajo la lupa debido a un recorte presupuestal previsto para el próximo año.
Este programa, que ha estado en funcionamiento desde hace varios años, ha generado preocupación entre expertos en seguridad y la sociedad en general debido a su efectividad y utilidad.
El 2 de agosto de 2022, un ejemplo destacado de este programa tuvo lugar en la parroquia del Purísimo Corazón de María en la alcaldía Benito Juárez, donde una mujer logró obtener aproximadamente 43,000 pesos al entregar un arsenal que incluía un fusil AR-15, 28 granadas de fragmentación y numerosos cartuchos útiles.
Esta entrega le permitió a la madre de familia aliviar algunos de sus gastos domésticos, lo que refleja el atractivo del programa para algunos ciudadanos.
Sin embargo, el futuro del programa se ve comprometido debido a un recorte en su presupuesto para el próximo año, que reducirá su financiamiento a 7.2 millones de pesos, lo que representa una disminución significativa en comparación con los 20 millones de pesos asignados cuando Claudia Sheinbaum estaba al mando de la administración de la Ciudad de México.
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Hasta el momento, las autoridades no han proporcionado una justificación clara para este recorte presupuestal.
Además, la efectividad del programa ha sido cuestionada por expertos en seguridad como David Saucedo, quien sostiene que el canje de armas por dinero no ha tenido un impacto significativo en la reducción de los índices delictivos en las alcaldías o colonias de la ciudad.
Según Saucedo, la mayoría de las armas recolectadas en los módulos de intercambio son inservibles o defectuosas, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera utilidad del programa en la lucha contra la violencia armada.
El programa de desarme voluntario ha experimentado varios cambios de nombre a lo largo de los años, pero su objetivo fundamental sigue siendo el mismo: retirar armas de las calles, ya sean adquiridas legalmente o en el mercado negro, para reducir los riesgos en los hogares y comunidades.
A pesar de estos esfuerzos, persisten dudas sobre su impacto real en la seguridad pública.
Es importante recordar que el programa de canje de armas por dinero no es una iniciativa nueva en la Ciudad de México, ya que programas similares se implementaron en administraciones anteriores, como el programa de canje voluntario de armas por computadoras, dinero y despensas impulsado por Marcelo Ebrard en 2007, aunque de manera esporádica.
En resumen, el programa de desarme voluntario en la Ciudad de México enfrenta desafíos significativos debido a un recorte presupuestal y cuestionamientos sobre su efectividad.
La discusión sobre la utilidad y el impacto de estas iniciativas en la seguridad pública continúa, y será importante seguir de cerca su evolución en el futuro.
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