El presidente del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, realizó un enérgico llamado al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para que reconsidere su política migratoria restrictiva, la cual incluye la deportación masiva de millones de migrantes que han contribuido significativamente al desarrollo económico y social de ese país.
Desde la Plaza de las Américas en Chicago, Fernández Noroña calificó esta medida como “infame e inaceptable”, y enfatizó que acciones como esta no tienen cabida en el siglo XXI.
“Le pido que modifique esa decisión y haga justicia. Usted afirma que quiere volver a hacer a América grande, pero no puede haber una América grande con racismo, discriminación o negando a sus hijos e hijas que ya son parte de esta nación”, declaró el legislador.
El senador subrayó que esta política de deportaciones masivas contradice los principios fundamentales de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, que reconocen el derecho humano a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
“Estas familias no han encontrado aquí la felicidad, y si lo han hecho, ha sido gracias a su fortaleza frente al desprecio, el maltrato y el racismo. Estas personas han contribuido con impuestos, trabajo y cultura, sin recibir nada a cambio, más que hostilidad”, afirmó.
Fernández Noroña resaltó la enorme aportación económica de las y los migrantes mexicanos, quienes generan un volumen económico de 3.7 trillones de dólares anualmente. Sin embargo, enfrentan discriminación y despojo, a pesar de que muchos de ellos llevan décadas viviendo en Estados Unidos, creando negocios y fortaleciendo a sus comunidades.
“No están pidiendo nada que no les pertenezca. Estas personas no sólo trabajan arduamente, sino que enriquecen a esta gran nación con su esfuerzo y cultura”, aseveró.
El legislador concluyó con un mensaje directo a Trump, instándolo a abrir su corazón y reconocer que el color de piel no define a una persona ni justifica el desprecio hacia ella. Recordó también el legado de Martin Luther King, quien luchó por la igualdad y la dignidad humana, pagando con su vida por esta causa.
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“Es momento de demostrar que Estados Unidos puede ser la tierra de las libertades, donde el respeto a la dignidad humana prevalezca. Dividir familias y negar derechos no hará grande a América, sino todo lo contrario”, finalizó.
Esta postura refuerza el compromiso de México por defender los derechos de sus connacionales y de todas las personas migrantes, abogando por un trato justo y humano en un contexto que exige solidaridad y empatía a nivel global.
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