En reacción al asesinato de un empresario local, los productores de limón en Buenavista y Apatzingán han decidido suspender sus actividades.
Aunque hasta ahora no han recibido amenazas directas del crimen organizado, el ambiente de incertidumbre y miedo persiste entre los trabajadores.
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En Buenavista operan 24 empacadoras, mientras que Apatzingán alberga 32.
Ambas localidades juntas cuentan con más de 40 mil hectáreas dedicadas al cultivo de limón, lo que subraya la relevancia económica de este sector para la región.
El paro no solo afecta a los productores, sino también a las comunidades que dependen de esta industria para su sustento.
Las autoridades locales están en alerta y trabajan para mejorar la seguridad en la zona, mientras la comunidad espera medidas concretas para enfrentar la violencia.
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