En buena medida, los ideales de la democracia mexicana fueron forjados por escritores que nacieron con el México independiente y que dedicaron buena parte de su vida y de su obra a defender la democracia, aseguró el escritor mexicano Juan Villoro en la sede del Instituto Nacional Electoral (INE).
Al impartir la Conferencia Magistral Estacional de Invierno 2022 Democracia y literatura, el autor defendió que vale la pena luchar por la democracia, “aun al precio de que empeoren las novelas” y resaltó que su oficio de escritor está indisolublemente ligado con el ejercicio democrático.
En México, argumentó, la democracia se ha construido con dos gestos: “defender lo que creemos que debe ser defendido, pero también criticar y buscar perfeccionar el ejercicio democrático”.
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El integrante de El Colegio Nacional leyó un texto que tituló ¿Cuántos borradores necesita la patria? Literatura y democracia, dedicado a la memoria de José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis.
La literatura, compartió el autor en el Auditorio del INE, es un espejo acrecentado de la realidad. “No sólo se ocupa de lo que sucede, sino de lo que podría suceder. En esas páginas, la democracia ha sido vista con idénticas dosis de esperanza y escepticismo. Entre otras cosas, porque la literatura antecede en siglos a los procesos electorales y prospera en toda clase de sociedades”.
Incluso, disertó el también periodista, las mejores obras han surgido bajo gobiernos autoritarios. “Contamos historias para soportar el peso de un entorno adverso. Los conflictos mejoran las tramas”, sostuvo ante consejeras y consejeros electorales, así como estudiantes de la Universidad Intercontinental y de la Universidad del Pedregal.
La democracia venturosamente nunca dejará de ser un problema
El también doctor honoris causa por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y por la Universidad Autónoma Metropolitana expuso que, al eliminar conflictos sociales, la democracia podría atemperar el impulso de contar historias, “pero los escritores siempre tienen algo que lamentar; especialistas en hallar la mosca en la sopa, saben que todo podría ser diferente”.
En este sentido, Villoro calificó a la democracia como un estímulo en la medida en que nunca dejará de ser un problema. “La suma, la combinación y la seducción de las voluntades arrojan resultados sorprendentes y no siempre encomiables”, advirtió.
Una de las principales asignaturas pendientes en la construcción de la democracia, destacó el profesor universitario, consiste en ciudadanizar la política “para permitir que los votantes supervisen a quienes han elegido, transitando de una democracia representativa a una democracia directa”.
Al término de su Conferencia Magistral y luego de recordar su participación en la obra La memoria gráfica de las elecciones presidenciales del año 2000,Juan Villoro consideró que 23 años después “nuestro tiempo es difícil, como todos los tiempos”.
“La democracia no es una esencia, sino un proceso. Su historia siempre está por escribirse. En una época más convulsa que la nuestra, los escritores liberales imaginaron una República de la pluralidad y celebraron los beneficios de la discrepancia. Su legado es nuestro porvenir”, concluyó.
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