Alemania es el motor económico más grande de Europa, pero también una de las poblaciones de más rápido envejecimiento en el continente y, aunque ha roto un récord de casi 50 millones de personas con empleo, se enfrenta a un grave problema: la mano de obra todavía es demasiado escasa cuando se trata de lidiar con nuevas tecnologías.
Más de la mitad de las empresas alemanas han informado que tienen dificultades para encontrar trabajadores calificados y cubrir las vacantes nuevas. Entonces, ¿cuál es el plan?
La repuesta es fácil si se tiene en cuenta que Alemania también es el país con el mayor stock de robots en la Unión Europea.
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Si bien la mayoría de los robots están instalados en el sector de la automoción, las industrias de alimentación y bebidas, maquinaria industrial y electrónica también se sumaron en los últimos años a incorporar un elevado número de “empleados mecánicos”.
En 2015, había más de 20 robots por cada 1.000 trabajadores de manufactura en Alemania, según estimaciones de la Federación Internacional de Robótica y el European Jobs Monitor, y es muy probable que ese número haya aumentado en los últimos ocho años.
“Nuestros robots pueden liberar a los trabajadores humanos para que se concentren en trabajos más complejos y creativos, lo que lleva a trabajos más satisfactorios y atractivos”, dijo a CNBC el empresario Cagri Pehlivan, CEO del proveedor de servicios de automatización y robots Robot4Work.
La subcontratación de tareas físicamente más intensas a robots también facilita que los empleados mayores permanezcan en el lugar de trabajo por más tiempo, y puedan “continuar aportando sus valiosas habilidades y experiencia al lugar de trabajo de una manera segura y cómoda para ellos”.
¿Reemplazar a los humanos?
“En última instancia, el objetivo de integrar robots en el lugar de trabajo es aumentar las capacidades humanas, no reemplazarlas”, agregó. Y a los alemanes, según una encuesta de 2018, no les importa o no temen que los robots les roben el trabajo.
Alrededor del 37% de los encuestados pensaba que los cambios tecnológicos aumentarían su productividad laboral, dice la investigación, llevada a cabo por Gallup. El 62% opinó que la tecnología no tendría ningún impacto y solo el 10% creía que implementar más tecnología aumentaría el riesgo de perder el puesto.
El canciller Olaf Scholz destacó la digitalización como una prioridad cuando reemplazó a Angela Merkel en noviembre de 2021, con un contrato de coalición tripartita titulado “Daring More Progress” (Atreverse a más progreso) que se comprometía a implementar tecnologías digitales en todo el mundo empresarial.
“Tenemos que mejorar la productividad mediante la tecnología”, dijo a CNBC Steffen Kampeter, director ejecutivo de la Confederación de Asociaciones de Empleadores Alemanes.
Para Steffen y otros expertos, no habrá grandes pérdidas de empleos como resultado de la digitalización, ya que existe una correlación entre el uso de tecnologías modernas y el crecimiento económico “y la participación en el mercado laboral en la mayoría de las sociedades”.
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