El gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, acompañado de su esposa Sofía Espinoza y su hija Yazmín, participó en la celebración del Día de Muertos en el municipio de Copainalá, donde destacó la riqueza cultural y el profundo sentido espiritual que caracteriza a esta festividad.
Durante la noche, la familia del mandatario recorrió los altares zoques, una de las expresiones más representativas de la región, admirando los elementos tradicionales que los distinguen: flores de cempasúchil, velas, pan artesanal, somé y los platillos favoritos que los difuntos disfrutaban en vida.
En su visita, el gobernador también acudió al Panteón Municipal, donde rindió homenaje al profesor Luciano, reconocido promotor de la gastronomía local y de la identidad cultural de Copainalá.
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Entre tumbas decoradas con esmero, Ramírez Aguilar subrayó la importancia de preservar las costumbres que fortalecen la unión familiar y mantienen vivas las raíces del pueblo chiapaneco.
“Es maravilloso poder disfrutar de una de las celebraciones que más enaltecen nuestras raíces. Gracias, pueblo de Copainalá, por permitirme estar con ustedes para esperar la llegada de las almas de sus seres queridos”, expresó el gobernador.
La presencia de Eduardo Ramírez Aguilar en esta festividad reafirma el compromiso de su gobierno con el rescate de las tradiciones, el fortalecimiento del tejido social y la promoción del turismo cultural en las comunidades indígenas de Chiapas
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