América vs Chivas: Análisis desde la psicología del deporte
Por Diego Dávila Cardoso
En el deporte siempre ha existido la competencia, por ende, la victoria o la derrota y en las fases finales del torneo de la Liga MX no es la excepción, por lo que resulta trascendente observar lo que a nivel profesional implica tanto en la institución, jugadores y afición. El pasado domingo por la noche se presentó uno de los partidos más representativos del país en instancias de semifinales, un partido dónde se jugaban el pase a la final dos de los equipos con mayor afición en la primera división del fútbol mexicano.
Este partido causó mucha especulación generando opiniones divididas entre las aficiones, causando un revuelo relevante que “paralizó” a los seguidores del fútbol. Una semifinal con polémica, disputada durante varios minutos, con muchas emociones dentro y fuera de la cancha dónde sin duda influyen diferentes factores tanto en los aficionados como en los protagonistas del juego.
Se ha observado durante estos días en los resúmenes deportivos tanto escritos como en línea, diversos análisis técnico – tácticos del encuentro, así como los errores y aciertos de cada uno de los equipos o jugadores en cuanto al juego, las estrategias, lesiones, cambios, los momentos del partido, la personalidad de los futbolistas, el contraste de emociones como la felicidad en los ganadores y la tristeza en los que perdieron, pero no se indaga de forma pertinente los factores psicológicos así como las posibles consecuencias en toda la práctica deportiva.
Por tanto, nos enfocaremos en uno de los puntos clave que surgen dentro del partido y que durante la semana se han hablado con bastante frecuencia del Club América como lo fue la expulsión del futbolista Álvaro Fidalgo y las repercusiones principales sobre su accionar.
Corría el minuto 64 del partido, el jugador número ocho del Club América sale expulsado de la competencia por una barrida en tres cuartos de cancha a un futbolista de las Chivas, 7 minutos después de un pase de gol que ponía adelante a su equipo en búsqueda de acceder a la siguiente ronda. Está expulsión, como lo mencionan los analistas del fútbol, fue una de las causas que desajustó a la plantilla, que con diez hombres en el terreno de juego no pudo culminar la hazaña de pasar a la final, por lo que ha sido criticado por la afición y medios de comunicación. Posteriormente, el futbolista brindó una pequeña entrevista mencionando ser el mayor responsable de la eliminación sin comprender su error.
Teniendo estás situaciones en cuenta, la psicología del deporte y sus investigaciones aplicadas al fútbol puede brindar más información al respecto, con la finalidad de encontrar la problemática dotando al jugador de herramientas que permitan antes, durante y después del partido apoyando al futbolista en su desarrollo profesional. Por ello, será primordial desglosar brevemente las acciones del juego y analizarlas desde la perspectiva psicológica.
En el transcurso de una competencia profesional de alta demanda el jugador puede estar sometido a estresores que normalmente en fases de liga no podrían presentarse, por lo que el deportista no los toma en cuenta hasta que los percibe, lo que puede causar un desajuste emocional, miedo a fallar, derivando en pensamientos catastróficos pueden llegar en el momento menos indicados para el deportista antes de iniciar el encuentro jugando así dos partidos; uno en la cancha y el otro con su mente.
Dentro de la cancha de juego, pueden suceder situaciones de partido diferentes como; un gol rápido, el planteamiento del rival diferente a los practicado en entrenamientos, una lesión o una expulsión, lo que resulta para cada uno de estos casos la generación de ideas o pensamientos irracionales (con esto no vamos a ganar, nos descompuso el partido), emociones como la frustración, enojo, estresores, ansiedad, sobre activación, entre otros. En caso del jugador en cuestión, al percibir el resultado favorable al mandar el centro de gol, tiende a sacar tensiones, ansiedad, pensamientos poco adaptativos, en una situación natural del encuentro, pero en instancias tan importantes y que se pone en peligro el resultado, la sensación de ir adelante puede causar una sobre activación, la cual se puede transformar en poca atención a estímulos internos y/o externos, cambios en los niveles de concentración (pérdida de atención – concentración de estímulos relevantes; la localización del balón, el rival y la zona de la barrida), procesos cognitivos; procesamiento de la información principalmente en la toma de decisiones (barrerse de forma temeraria en una zona de la cancha donde el equipo no corre peligro de ataque), pero también procesos de estrés que pueden desencadenar en insatisfacción, disgusto, enfado o agresividad (barrida).
Por ende, el futbolista con “la cabeza” fría al final del partido podrá pensar en lo que hizo o dejo de hacer pudiéndolo evitar, lo que genera pensamientos catastróficos, de culpa, emociones como la tristeza o enojo. Por lo que tener en cuenta que cada deportista necesita entrenar variables psicológicas específicas será vital para su desempeño y rendimiento, entre ellas se utilizan herramientas de paro al pensamiento donde la principal referencia es eliminar pensamientos poco adaptativos parándolos con alguna imagen o palabra clave transformándolos en positivos, por lo que será fundamental trabajar en la auto habla, visualización, respiración para elevar o disminuir la activación, relajación, mindfulness y el trabajo de emociones, las situaciones de partido que permitan recrear estos partidos desarrollándose de una mejor forma.
Derivado de lo antes mencionado, la presencia del psicólogo deportivo en el equipo profesional es una parte fundamental no solo para la intervención si no para la prevención de ciertas situaciones que el futbolista, entrenador o cuerpo técnico puede presentar y que apoyaran no solo de forma individual sino también grupal.
Diego Dávila Cardoso es Licenciado en Psicología por la Universidad del Valle de México, con formación en psicología clínica, social, educativa y organizacional.
Máster en Psicología del Deporte por la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Deporte (En curso).
Cursos “Bases prácticas de la Psicología del Deporte”, “Herramientas Psicológicas para el entrenador deportivo”.
Diplomado “Psicología y Rendimiento Deportivo”.
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