Durante la inauguración de la casona Marie José y Octavio Paz, el presidente del Poder Judicial de la Ciudad de México, magistrado Rafael Guerra Álvarez, destacó el compromiso de “nuestra Judicatura”, y de todas aquellas instituciones cuyo esfuerzo conjunto han hecho posible la tarea de preservar el legado del poeta, ensayista y diplomático.
En el patio del recinto, y con la presencia de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, señaló que, ante la poca claridad jurídica en relación a la sucesión de bienes del intelectual y de su esposa, el magistrado Guerra supo resguardar de manera responsable el legado de ambos que se empezará a reconocer.
La Casa Marie José y Octavio Paz, que se encuentra en la calle Felipe Carrillo Puerto núm. 445, en Tacuba, tiene la vocación de conservar y difundir el legado del primer escritor mexicano galardonado con el Premio Nobel de Literatura 1990, avanzando así en el cumplimiento al mandato judicial emitido por el Juzgado Vigésimo Quinto de lo Familiar del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, el cual lleva la causa testamentaria.
El nuevo recinto albergará un extenso acervo que reúne documentos, libros, fotografías, obra artística, artículos personales y menaje de casa, el cual fue estabilizado y registrado de manera preliminar por un equipo especializado del Cencropam del Inbal.
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En su oportunidad, Sheinbaum Pardo, dijo que el magistrado Guerra ha sido “el más maravilloso aliado” de la obra de Octavio Paz, y recordó que, al fallecimiento de éste, su esposa Marie José Tramini, asumió como heredera testamentaria y albacea de sus bienes, y que, al morir ella sin dejar testamento, en el PJCDMX se dirimió la sucesión legítima, lo que derivó que, en septiembre de 2019, se designara al Sistema Integral de la Familia de la Ciudad de México como heredero único y universal.
Por su parte, Guerra Álvarez comentó que el año de trabajo que requirió la sucesión demandó colaboración asertiva, trabajo funcional y progresivo, lo que demuestra en los hechos el compromiso del órgano judicial capitalino con el inmenso patrimonio cultural de los mexicanos.
“A las y los magistrados, jueces, operadores judiciales, y personal administrativo que ha dedicado su pericia técnica, especialidad y trabajo en equipo, este logro es de ustedes, les pertenece”, dijo el magistrado, en el acto en el que quedó abierta al público la antigua casa conocida como La Perulera, enclavada en el barrio de Tacuba, y que ofrecerá talleres de creación literaria y una oferta cultural diversa.
De igual manera, afirmó que el órgano judicial acudió a la inauguración de la casa, lo que representa una importante etapa en la consolidación del legado material del poeta.
“La apertura de este recinto al público no sólo representa un testimonio de su vida o su fortuna, representa, en especial, el trabajo de una comunidad judicial volcada en un esfuerzo histórico por preservar su acervo y su incalculable valor cultural y espiritual”, aseguró.
Finalmente, el magistrado agradeció al Instituto Nacional de Bellas Artes, y en especial al Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble, por su rigurosa labor en todos los ámbitos para consumar este esfuerzo.
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