La Política Desde la Psicología

Gaslighting en la Política: Mentiras, Agresiones, Adicciones y Soberbia

Por el Dr. Horacio Rafael Rodríguez Montalvo

En ocasiones resulta complicado describir conductas sin incluir juicios de valor. Sin embargo, en las últimas semanas hemos observado comportamientos en diferentes figuras políticas que nos hacen reflexionar: ¿esto es lo que significa ser político?

Hoy en día vemos candidatos de todos los partidos embriagándose, difamando a otros políticos sin evidencia, teniendo reuniones con personajes del crimen organizado, y algunos sin dar importancia a los eventos violentos que ocurren en distintas partes de la república. También vemos a candidatas fomentando la violencia de género solo para descalificarse, legisladores acusados de pederastia, fraudes, nepotismo, y muchas otras acciones fuera de la ley. Lo preocupante es que hoy estas acciones se llevan a cabo de manera cínica, sin preocupación, incluso grabándose a sí mismos durante sus acciones y al grito de “no me repriman, yo puedo hacer lo que quiera, es mi derecho”.

Existe una forma de violencia hacia la sociedad conocida como “gaslighting político”, que implica que políticos o grupos políticos presenten información falsa como verdadera o nieguen información real con la intención de hacer que la gente dude de su propia comprensión de la realidad.

Los políticos pueden negar la existencia de problemas evidentes, como el cambio climático, el poder del crimen organizado o la crisis económica, a pesar de toda la evidencia científica o económica que se presente. También pueden presentar datos selectivos o tergiversar estadísticas para respaldar sus posturas, creando una imagen distorsionada de la realidad. Atacan a medios de comunicación o a expertos en las áreas que sean criticados, en un intento de disminuir su credibilidad y presentarse ellos como víctimas de una campaña de mala voluntad.

Hay que reconocer que les ha funcionado, a niveles que ya llegan al cinismo, debido al cultivo que refuerza sus conductas, como la polarización y la desconfianza entre los ciudadanos, ya que cada grupo percibe una versión diferente de los hechos.

Estamos más ocupados defendiéndolos que exigiéndoles.

Además, en la gente hay un desprecio por leer o investigar las distintas visiones, con el fin de buscar acuerdos. Las personas deben aprender a cuestionar la información que reciben, buscar distintas fuentes confiables y analizar críticamente las afirmaciones políticas.

Es muy importante que haya consecuencias para quienes practiquen este tipo de violencia. Solo pedir a los expertos en derecho que se cumplan las leyes que rigen el comportamiento social. Al seguir como hasta ahora, donde no hay ninguna consecuencia para actos que violentan a la sociedad, solo estamos fomentando nuevos comportamientos donde no seguir las reglas es lo que mejor funciona. La frase “ser chingón” es quién perjudica a los demás con tal de salirse con la suya. Entonces pasaremos de la “generación de cristal” a la “generación de que se jodan todos”. Vamos a pasos agigantados; ya vemos cómo por una discusión se puede sacar una pistola y matar a alguien. Pero el ejemplo o el adiestramiento viene de quienes deberían poner orden. ¿Usted qué opina?

Doctor en la Facultad de medicina, en el área de ciencias de la salud con especialidad en salud mental en el trabajo. Consultor y conferencista en transformación organizacional – humano, en diversas empresas privadas y públicas.

Docente en los niveles de licenciatura, maestría, doctorado, especialidad y diplomado, en las carreras de: Psicología, administración, educación, mercadotecnia, alta dirección y desarrollo humano.

Especialista invitado en programas radiofónicos, publicaciones en periódico, revistas impresas/ electrónicas, redes sociales, plataformas y televisión con temas del comportamiento humano.