De la Polarización a la Resiliencia en el Cambio Político
Por el Dr. Horacio Rafael Rodríguez Montalvo
La dinámica del cambio político presidencial en México nos ofrece una ventana fascinante para comprender cómo las decisiones de liderazgo impactan no solo a las instituciones, sino también a la psique colectiva de la sociedad. La llegada de un nuevo presidente puede ser un catalizador de esperanza y expectativas, pero también puede desatar polarización y desconfianza.
Uno de los primeros comportamientos que se observan tras un cambio presidencial es un aumento en las expectativas de la población. La llegada de un nuevo líder suele generar esperanza, especialmente si este ha prometido los cambios o mantener las acciones que se consideran significativos. Por ejemplo, la elección de Andrés Manuel López Obrador en 2018 despertó grandes expectativas en muchos ciudadanos, quienes creían que su gobierno podría transformar la realidad del país, especialmente en temas como la corrupción y la justicia social. Esta esperanza puede ser un motor poderoso para el cambio social, llevando a un aumento en la participación ciudadana a través de manifestaciones, foros y redes sociales. Sin embargo, esta misma esperanza puede convertirse en frustración si las expectativas no se cumplen.
La polarización que se genera en estos contextos es un fenómeno que no solo afecta el ámbito político, sino que también repercute en las relaciones interpersonales y en la cohesión social. La división entre partidarios y opositores puede crear un ambiente de tensión que dificulta el diálogo y la colaboración, elementos esenciales para una democracia saludable.
A medida que se implementan nuevas políticas, la población comienza a adaptarse a la nueva realidad. Este proceso de adaptación puede ser complicado, ya que las personas deben ajustar sus expectativas y comportamientos a las nuevas normas y regulaciones. Sin embargo, también se observa un fenómeno de resiliencia: muchas personas encuentran formas creativas de sobrellevar los cambios. Por ejemplo, ante la incertidumbre económica generada por la pandemia de COVID-19, muchos ciudadanos comenzaron a emprender pequeños negocios o a buscar nuevas formas de trabajo, demostrando su capacidad de adaptación en tiempos difíciles.
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La capacidad de adaptación ante la incertidumbre y el cambio es un testimonio de la fortaleza del espíritu humano. El cambio político presidencial es un reflejo de la complejidad de la sociedad mexicana. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantener un diálogo abierto y constructivo, así como a reconocer que la participación ciudadana es fundamental para el fortalecimiento de la democracia.
La historia nos enseña que el cambio es posible, pero requiere un compromiso colectivo y una disposición para adaptarse y aprender en el camino. La esperanza, la desconfianza y la resiliencia son parte de este viaje, y cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la construcción del futuro político del país.
Doctor en la Facultad de medicina, en el área de ciencias de la salud con especialidad en salud mental en el trabajo. Consultor y conferencista en transformación organizacional – humano, en diversas empresas privadas y públicas.
Docente en los niveles de licenciatura, maestría, doctorado, especialidad y diplomado, en las carreras de: Psicología, administración, educación, mercadotecnia, alta dirección y desarrollo humano.
Especialista invitado en programas radiofónicos, publicaciones en periódico, revistas impresas/ electrónicas, redes sociales, plataformas y televisión con temas del comportamiento humano.
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