Acceso a viviendas en México y Latinoamérica.
Un reto importante para generaciones jóvenes
Por Javan Alfredo Aguilera Márquez
El acceso a viviendas en México y Latinoamérica sigue siendo un reto importante para múltiples generaciones. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) son esclarecedoras: de los 126 millones 14,024 habitantes en México, apenas 23.9 millones cuentan con viviendas propias, según la Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI). El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y La Haus han abordado esta problemática, enfocándose en la volatilidad económica y el bajo crecimiento del PIB como factores que dificultan el acceso a viviendas de calidad. En este contexto, es esencial examinar detenidamente los desafíos subyacentes y contemplar posibles soluciones que permitan a los jóvenes y a la sociedad en general superar esta situación de vivienda.
El lento crecimiento económico y la volatilidad financiera han desencadenado una crisis habitacional en México y Latinoamérica. Para combatir esta problemática, es esencial fortalecer el crecimiento económico y reducir la inflación. Políticas que fomenten la inversión en viviendas y la generación de empleo pueden contribuir a estabilizar el mercado inmobiliario. Además, la colaboración entre el gobierno, la industria y las instituciones financieras es clave para desarrollar programas de financiamiento más accesibles para todas las clases sociales.
Para los jóvenes como yo que están impulsando el mercado inmobiliario, es vital contar con recursos y estrategias específicas.
A continuación, menciono algunos consejos prácticos que me están funcionando:
Educación Financiera: Aprender sobre finanzas personales y cómo funciona el mercado inmobiliario es fundamental. Buscar asesoramiento financiero y educarse sobre conceptos como tasas de interés, plazos y crédito puede ayudar a tomar decisiones informadas.
Ahorro Disciplinado: Establecer un plan de ahorro sistemático puede acelerar la capacidad de pago inicial. Separar una parte de los ingresos mensuales y mantenerla en una cuenta designada para la vivienda es un paso importante.
Existen cursos de Educación Financiera que ofrecen gratuitamente el MIDE y la UNAM.
Explorar Programas de Apoyo: Indagar en los programas gubernamentales, así como aprovechar los subsidios y los créditos hipotecarios con tasas preferenciales, puede allanar el camino para adquirir una vivienda de manera más sencilla y accesible.
Buscar Redes de Apoyo:
En ciertos momentos, es posible que surja el interés de familiares y amigos de brindar apoyo económico. Además, considerar formar parte de redes de apoyo puede proporcionar recursos valiosos para lograr el objetivo de tener una vivienda.
Inversión a Largo Plazo: Considerar la vivienda como una inversión a largo plazo puede ayudar a justificar el gasto inicial. El valor de la propiedad puede aumentar con el tiempo y generar un patrimonio sólido.
Compartir Gastos: Explorar opciones como la copropiedad o compartir gastos con familiares y amigos puede reducir la carga financiera inicial.
En resumen, como conclusión, la adquisición de una vivienda en México y Latinoamérica plantea desafíos considerables debido a la inestabilidad económica y el bajo crecimiento. Además, otro factor crucial es el nivel económico en el que uno se desenvuelve, el tipo de trabajo que tiene y la percepción general de la situación económica. También es relevante considerar si el trabajo ofrece prestaciones de vivienda u otros beneficios.
Indudablemente, todos estos factores crean obstáculos para muchos jóvenes y personas que, como yo, no cuentan con estos beneficios. Esto se debe a que los trabajos todavía pueden ser inestables, con contrataciones temporales o no permanentes, carencia de seguridad social y sueldos insuficientes. Estas realidades subrayan la necesidad de abordar estos problemas sistémicos para que más personas puedan alcanzar su sueño de tener una vivienda propia.
Además, añado que es crucial reconocer el papel fundamental de los jóvenes en este panorama. Si bien enfrentan desafíos, también son un motor de cambio. Los jóvenes pueden empoderarse al educarse sobre conceptos financieros y explorar soluciones creativas. La adopción de hábitos de ahorro y la búsqueda de opciones de vivienda compartida o en copropiedad pueden aliviar las barreras iniciales.
Las soluciones no solo se encuentran en la esfera económica y gubernamental, sino también en un cambio cultural. El concepto de vivienda como inversión a largo plazo, más que un simple gasto, podría transformar las perspectivas. Al invertir en una vivienda, se está construyendo un patrimonio y contribuyendo al desarrollo sostenible del país.
En última instancia, resolver el desafío de la vivienda no es solo una tarea gubernamental o empresarial; es un compromiso compartido de la sociedad en su conjunto. Los esfuerzos individuales y colectivos para promover políticas inclusivas, educar sobre finanzas personales y abogar por soluciones habitacionales asequibles pueden allanar el camino hacia un futuro en el que cada individuo pueda acceder a una vivienda digna y establecer un hogar donde puedan crecer y prosperar. La vivienda, en última instancia, es el cimiento sobre el cual se construye un futuro prometedor para todas las generaciones.
Ahora bien, también es importante ir paso a paso de acuerdo a tus capacidades económicas, quiá primero funcione rentar o compartir renta con roomies o amistades y posteriormente ver temas de crédito de vivienda, lo que sí es importante es establecerse metas a corto o mediano plazo para que esta renta no se convierta de por vida.
A opinión personal y vivencial, comparto que, este desafío es estresante, sin embargo, también simboliza una gran responsabilidad en pareja y un objetivo a lograr, lo más importante es no darse por vencido, no compararse con sus demás amistades y compañeros, cada quien tiene su ritmo y está en el momento justo donde debe estar en su vida. Habrá siempre personas de generaciones mayores que en forma de comparación señalarán que “cuando era joven ya tenía esto y lo otro”, Sin embargo, es importante señalar que las circunstancias eran diferentes en esa época y había mayores facilidades. Con determinación y una planificación cuidadosa, creo firmemente que es factible materializar el sueño de tener una vivienda propia. por lo que considero que, con esfuerzo y planificación, es posible lograr el sueño de tener una casa propia.
Javan Alfredo Aguilera Márquez es Licenciado en Psicología graduado de la Universidad del Valle de México y actualmente es estudiante de Maestría en Desarrollo Organizacional y Talento Humano en la Universidad Latinoamericana.
Con más de 6 años de experiencia en el área de Recursos Humanos, ha desarrollado su trayectoria profesional tanto en el sector público como en el privado, ocupando roles clave como Generalista, Administración de Personal, Reclutamiento y Selección, así como capacitación e Inducción.
Más historias
La Política Desde la Psicología
Psicópolis
La Política Desde la Psicología