La región sureña de Jersón, en Ucrania, enfrenta un incremento en los ataques rusos mientras surgen indicios de que el Ejército invasor podría planear una nueva ofensiva contra esta provincia y la vecina Zaporiyia.
De acuerdo con Vladislav Voloshin, portavoz del grupo ‘Sur’ de las fuerzas armadas ucranianas, Rusia intenta consolidar un punto de apoyo en la margen occidental del río Dniéper, que marca la línea del frente. Aunque la actividad actual no alcanza el nivel de un ataque a gran escala, pequeños grupos de infantería rusos lanzan entre cinco y siete asaltos diarios contra los islotes del río.
Posible estrategia ofensiva.
Fuentes militares ucranianas han señalado que Rusia podría emplear hasta 4,000 efectivos para cruzar el Dniéper en Jersón. Paralelamente, en Zaporiyia, podrían realizar incursiones cerca de Piatijatki, a solo 40 kilómetros de la capital regional.
Estas acciones, además de intensificar los bombardeos, buscarían reforzar su posición territorial en caso de negociaciones futuras.
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Analistas coinciden en que Moscú busca ganar terreno estratégico en estas provincias, actualmente bajo ocupación parcial, para presionar por el control total de las mismas. Sin embargo, expertos como Oleksandr Kovalenko sostienen que la limitada capacidad militar rusa podría estar orientada a influir en la política internacional, particularmente en Estados Unidos, de cara a posibles negociaciones durante el mandato del presidente electo Donald Trump.
Una ciudad bajo fuego constante
Desde su liberación hace más de dos años, Jersón ha sufrido ataques continuos. Sin embargo, los recientes bombardeos han alcanzado una intensidad inédita. Según autoridades locales, el pasado viernes la ciudad recibió cerca de mil proyectiles de artillería, afectando áreas civiles como el hospital oncológico.
Los ataques no solo incluyen bombardeos masivos, sino también el uso de drones para atacar a civiles en las calles, señaló Oksana Pogomí, miembro de la asamblea local. “Los rusos buscan convertir a Jersón en una ciudad muerta”, declaró.
Resistencia y desafíos
A pesar del peligro, los residentes de Jersón continúan con sus actividades cotidianas bajo estrictas medidas de seguridad. Organizaciones locales, como Sprava Hromad, trabajan en apoyo a los soldados y vecinos, mientras exigen mayor apoyo militar para frenar los avances rusos.
“Necesitamos más proyectiles de artillería y armas para asegurar la defensa de la ciudad. Jersón no sobrevivirá otra ocupación más”, advirtió Pogomí, mientras las explosiones resonaban en el fondo.
Con las riberas del Dniéper fortificadas y minadas, los analistas señalan que, aunque Rusia no tiene el potencial para tomar las ciudades clave en este momento, el conflicto continuará exigiendo significativos recursos de defensa por parte de Ucrania.
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